Con el apoyo de la Escuela de Biotecnología y Medio Ambiente de la Universidad de Las Américas (UDLA), Codexverde realizó su seminario “Contaminación acústica. ¿Cuáles son sus efectos y cómo se regula en Chile?”, el cual contó con las exposiciones de destacados profesionales, provenientes desde entidades públicas, privadas y académicas.
Los encargados de inaugurar la jornada, realizada en la cineteca del Campus Santiago Centro, fueron Carmen Gloria González, directora de la Escuela de Biotecnología y Medio Ambiente, Marcela Villena, presidenta del Colegio de Ingenieros en Acústica, y Waldo Lobos, director de Codexverde.cl.
“¡El ruido también contamina! por eso desde hace cuatro años en Codexverde.cl realizamos un especial para dar a conocer a la ciudadanía las consecuencias de este problema ambiental y los proyectos y regulaciones que se barajan a nivel nacional para contrarrestarlo. Este año ese especial traspasó la frontera de la web, para realizar este seminario con la participación de un grupo académico y profesional, que es voz autorizada para abordar esta importante temática”, indicó Lobos.
El primer expositor fue Igor Valdebenito, jefe del Departamento Ruido, Lumínica y Olores del Ministerio del Medio Ambiente, quien se refirió a la forma en la que se regula el ruido, señalando que actualmente existen tres normas ambientales para este contaminante en Chile: Emisión Ruido Fuentes Fijas (D.S. N° 38/11 MMA), Emisión Ruido Buses de Locomoción Colectiva (D.S. N°129/03 MTT) y Emisión Ruido Vehículos Livianos Medianos y Motocicletas (D.S. N°7/15 MMA).
En cuanto a la Regulación Emisión Ruido Fuentes Fijas, el ingeniero Acústico de la Universidad Austral indicó que esta abarca a las actividades productivas, actividades comerciales, actividades de esparcimiento y servicios, faenas constructivas, infraestructura y dispositivos en viviendas.
Sobre la Regulación de Fuentes Móviles, indicó que para el 04 de julio se espera la entrada en vigencia de la norma que regula el ruido de vehículos L, M y motos (DS7), que deseen entrar al parque vehicular nacional.
Antonio Marzzano, jefe de la Unidad Acústica Ambiental de la Seremi de Salud de la Región Metropolitana, fue el segundo expositor de la jornada, abordando el control y la fiscalización de la contaminación acústica.
El Doctor en Ingeniería Acústica de la Universidad Politécnica de Madrid señaló que el problema más denunciado, entre las temáticas ambientales a nivel nacional, son precisamente los ruidos molestos con un 43,7%, seguido por los olores (14,7%) y contaminación de aguas superficiales (11,3%).
Por su parte, la Región Metropolitana lidera con 404 denuncias al año promedio. En el contexto de que la Seremi solo está capacitada para fiscalizar 300 casos por año, Marzzano sostuvo que el organismo ha debido realizar alianzas con otras entidades públicas, sobre todo con municipios, para que puedan apoyar el seguimiento de las denuncias.
La tercera ponencia estuvo a cargo de Christian Gerard, gerente general de la empresa Control Acústico, quien presentó el proyecto en el que ha estado trabajando su firma durante el último año: la primera Red de Monitoreo de Ruido Ambiental del Ministerio del Medio Ambiente.
Gerard explicó que esta red fue instalada en 2018 y que cuenta con siete estaciones en el área urbana de la Región Metropolitana, entre las que se cuentan viviendas, edificios públicos y privados. “Esta es la primera experiencia pública de gran envergadura y está orientada a conocer la variación temporal del ruido en distintos lugares del Gran Santiago”, señaló el ingeniero acústico de la Universidad Austral.
Gerard recalcó que contar con esta información resulta relevante a la hora de la elaboración y actualización de normativas, como la Norma de Aislamiento de Fachadas de Viviendas, la Revisión de la Norma Emisión Ruido Fuentes Fijas y, también, para la calibración de mapas de ruidos de las ciudades.
“Exposición laboral a ruido en el sector de los espectáculos”, fue el tema de la cuarta presentación, dirigida por Jorge Carrasco, consultor senior de la empresa Decibel. En ella, el profesional sostuvo que existe la tendencia de que los trabajadores del sector espectáculos tienen normalizada la contaminación acústica. A ello, apuntó que el nivel en la posición de un ingeniero de mezclas es superior a los 105 dB(A), lo que representa un grave riesgo, debido a que luego de siete minutos de exposición en 103,5 dB(A), ya hay daño auditivo.
En ese contexto de vulnerabilidad, Carrasco señaló que el uso de tapones y orejeras cuando el ruido excede los 85 dB, como recomienda el Protocolo de Exposición Ocupacional a Ruido (Prexor), no es atendido por los profesionales de espectáculos, ya que, según ellos, atenta contra la calidad de su trabajo.
De ese modo, según Carrasco, se hace necesaria la búsqueda de alternativas para reducir la exposición a ruido, acorde al tipo de trabajo de cada grupo de exposición, como, por ejemplo, la remodelación de los locales nocturnos (orientar los altavoces principalmente al público e incluir elementos acústicos de absorción y aislamiento, enfocado en la protección auditiva del personal), distribución de músicos en el escenario (evitar que los instrumentos de mayor emisión sonora impacten de manera directa sobre otros músicos, cuyo efecto incluso puede ser que los monitores en escenario no necesiten utilizarse a elevados niveles) e implementar limitadores acústicos (dispositivo que permite definir electrónicamente un límite de emisión sonora de un sistema de refuerzo electroacústico).
Finalmente, el último expositor de la jornada fue Anthony Marcotti, docente de la carrera de Fonoaudiología de UDLA, quien abordó las consecuencias en la salud de la contaminación acústica, indicando que, generalmente, solo se piensa en la exposición ruido en términos laborales y ocupacionales, sin embargo, existen muchas actividades recreativas que pueden exponer a las personas a niveles peligrosos de ruido.
Según el fonoaudiólogo, las fuentes ruido recreativo incluyen deportes con armas, caza, pubs, discoteques, karaokes, eventos deportivos, entre otros. Sin embargo, la utilización de reproductores de música personales ha aumentado esta exposición de manera considerable.
A ello, puntualizó que “466 millones de personas en todo el mundo padecen pérdida de audición discapacitante, de las cuales 34 millones son niños. Se calcula que, en 2050, más de 900 millones de personas, es decir, una de cada 10, sufrirá una pérdida de audición discapacitante. El 60% de los casos de pérdida de audición en niños se deben a causas prevenibles”.
En cuanto a este último grupo etario, Marcotti sostuvo que la evidencia sugiere que es posible cambiar el comportamiento autoreportado, a través de programas de prevención en etapas tempranas. En ese contexto, los establecimientos educativos son la mejor plataforma para generar este tipo de programas, siendo una influencia social importante. A su vez, las redes sociales pueden ser una buena plataforma complementaria de difusión.
Al finalizar el seminario, el expositor Jorge Carrasco valoró la organización del evento por parte de Codexverde.cl y UDLA. “El ruido se denomina contaminante invisible y las estadísticas alertan ineficiencia frente a esta problemática ambiental. Ante ello, tenemos el deber y la necesidad de mejorar la capacidad de acción para educar a población y titulares de actividades emisoras de ruido en búsqueda de mejor salud y calidad de vida. Por tanto, son fundamentales los medios de comunicación e instituciones de educación que colaboren a difundir contenidos técnicos, que pongan datos a disposición de los distintos actores involucrados. Esto se valora aún más cuando se utilizan canales que involucren a estudiantes de carreras afines, quienes en su calidad de futuros profesionales, darán continuidad al camino iniciado contra los efectos adversos de la contaminación acústica en la población”.