Todos por el clima

El principal reto de combatir al cambio climático es educar. Educar a la ciudadanía para que conozca los efectos de sus decisiones y el peso real de su voto económico; de como su elección de transporte o compra contribuye al cambio climático. Estamos insertos en una cultura de comodidad y desconocimiento que nos lleva a cada uno de nosotros a ser un peligro más para el planeta, sin cuestionarnos muchos de nuestros hábitos.

Se celebra hoy el Día Mundial del Clima, fecha instaurada en 1950 por la Organización Meteorológica Mundial y que en estos días constituye una oportunidad más para sensibilizar a la ciudadanía respecto de los eminentes peligros del cambio climático que enfrentamos y cuyas consecuencias comenzamos a vivir cada día más.

El cambio climático es un problema de todos; todos somos responsables en mayor o menor medida, y la falta de conciencia de las personas es uno de los grandes desafíos con que debemos lidiar quienes trabajamos en temas relacionados con clima. Los efectos del cambio climático son imperceptibles para la mayor parte de la población; sus efectos no se notan en la gran ciudad, donde el agua no falta y quizás haga un poco más de calor o la lluvia fue un poco más intensa, pero no afecta la vida normal citadina; tampoco se tiene mucha conciencia de cómo yo aporto como persona en el día a día a la emisión de gases de efecto invernadero; son muy pocos los que tienen real conciencia de su contribución al cambio climático cuando se traslada en medios que usan combustibles fósiles, o cuanto CO2 genera mantener prendidas las luces de su hogar, o menos aún como apoya la deforestación la elección de algunos productos para cuya producción hay que arrasar con más y más bosques (soya, aceite de palma, plátanos, etc.).

El principal reto de combatir al cambio climático es educar. Educar a la ciudadanía para que conozca los efectos de sus decisiones y el peso real de su voto económico; de como su elección de transporte o compra contribuye al cambio climático. Estamos insertos en una cultura de comodidad y desconocimiento que nos lleva a cada uno de nosotros a ser un peligro más para el planeta, sin cuestionarnos muchos de nuestros hábitos.

Es cierto que el gobierno y las empresas tienen también gran responsabilidad; el gobierno por la laxitud con que afronta generar leyes efectivas que cambien comportamientos (como se hizo con el cinturón de seguridad, por ejemplo) y las empresas por su falta de responsabilidad social y ambiental, demostrada una y otra vez al realizar prácticas derechamente ilegales o al filo de la legalidad, en temas claves como contaminación o sobreexplotación.

El problema del cambio climático es un problema de todos, y por ello, o se afronta desde la ciudadanía, el gobierno y las empresas, o seguiremos arriesgando el futuro cada día más. Un gran esfuerzo país enfocado a educar a todas y todos se hace cada día más necesario.

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