En el informe se argumenta la solicitud de crear un AMCP-MU, una categoría de conservación que pone normativas a las actividades productivas, velando por que todas se realicen de forma sustentable. Se proponen 144.400 hectáreas protegidas en el área marina y 3.195 hectáreas de la zona costera terrestre.
Esta propuesta se explica porque el área marina de La Higuera, región de Coquimbo, está valorado como uno de los ecosistemas más importantes de la macro zona del Chile central y según Oceana, organización que vela por la protección marina, es considerada como uno de los 35 hotspots de biodiversidad en el mundo. Aquí alberga el 81.3% de la población mundial del pingüino de Humboldt además de 16 distintos tipos de cetáceos, entre otras muchas especies.
Si bien esta categoría de conservación permite el desarrollo de actividades productivas locales tales como pesca, turismo, actividades educacionales o de investigación, éstas sólo pueden llevarse a cabo si no ponen en riesgo a los ecosistemas. De conseguirse, se sumaría a las 11 de Chile que están bajo la categoría de AMCP-MU.
Un AMCP-MU utiliza instrumentos de ordenamiento como la zonificación del territorio y un plan de administración participativo con actores claves vinculados al área protegida, indican desde el Ministerio del Medio Ambiente. El objetivo es mejorar las prácticas para conservar la biodiversidad y proteger a aquellas especies que están en peligro o que son vulnerables.
Un proceso participativo
Eduardo Fuentealba, seremi del Medio Ambiente de Coquimbo, señala que la propuesta fue explicada en múltiples jornadas informativas con el fin de recoger las opiniones de la mayor cantidad de sectores. De dichos encuentros se concluyó que existe un apoyo mayoritario y que la propuesta coincide con las demandas ciudadanas sobre desarrollo sustentable.
“Este proceso, que lleva varios años de trabajo, ha implicado una consultoría financiada por el MMA que ha determinado la necesidad de proteger este ecosistema único a través de esta figura de protección, porque reconoce los actuales usos y permite una planificación para los proyectos futuros”, explicó el seremi.
Por su parte, Marcelo Mena, ministro del Medio Ambiente destacó que “no podemos ignorar que estos ecosistemas existen, por lo tanto todos los proyectos de inversión en la zona tienen que tener el conocimiento que hay algo que preservar ahí». El ministro agregó que un proceso participativo permitió que todos entendieran que el objetivo no es frenar el desarrollo, sino reconocer que hay que cuidar el mar.