A través de la historia, ya sea por ignorancia, falta de regulación u otras circunstancias, algunas organizaciones han contaminado suelos al instalar sistemas de producción para la creación de valor. Por un lado, producían bienes valorados por las comunidades y empresas pero por otro lado, generaban contaminación de los suelos propios y cercanos.
Durante los últimos 40 a 60 años, la ciencia y el conocimiento nos han develado grandes problemas acumulados en los terrenos pero también de las soluciones de reparación. A pesar de que ya existen innumerables empresas que se ocupan de diagnosticar, diseñar e implementar soluciones avanzadas para la remediación de suelos, en general, ante este nuevo concepto, veo aún una baja prioridad y una tímida voluntad empresarial para embarcarse responsablemente en la reparación, incluso de su propio entorno productivo, de su terreno o la del vecino.
¿Qué requieren las organizaciones afectadas para recuperar sus suelos contaminados?
En primer lugar sentir que es un deber hacerlo y que ello requerirá de voluntad presupuestaria.
Podrán haber incentivos de diferente índole para apaciguar el gasto que involucra ser pionero en corregir un daño, sin embargo, creo que ello es mejor que esperar las restricciones y las prohibiciones cuando se hagan visibles los errores cometidos.
En los próximos años veremos que distintas normativas ambientales irán configurando formas de producir que no provoquen “costos” ambientales y que hasta ahora los pagaba el planeta. Estos costos ambientales que se generaban al producir bienes que queríamos consumir pero que luego rebotaban en nuestras vidas, como un verdadero bumeran de largo alcance.
El bumeran sigue dando vuelta paralelamente con la creación de un nuevo modelo de producción reflejado en la Hoja de Ruta para la Economía Circular, la Estrategia Nacional de Residuos Orgánicos y la misma Ley REP que hará mejor el futuro, sin embargo, no hará mejor lo que dañó el pasado. Para esto último, se necesita la conciencia empresarial para que asuma los pasivos ambientales y los remedie.
Piensa, asesórate, presupuesta y recupera los suelos contaminados. ¡Se debe sentir bien hacerlo!