De acuerdo al boletín climático correspondiente a agosto, del área meteorológica del centro científico Ceaza, las reservas de nieve en la cordillera, principal fuente de agua en la Región de Coquimbo, han alcanzado niveles superiores en un 76% a lo normal a la fecha.
En el caso de la lluvia se ha llegado casi a un 99% de lo normal para esta parte del año. En tanto los caudales sobrepasan sus rangos normales en 38%. Solo los embalses se mantienen en un 83% de sus niveles históricos, debido al tamaño de La Paloma, en Ovalle, que necesitaría mayor volumen de agua para completar su máximo.
Según Ceaza, la acumulación de recurso en el sistema hidrológico se podría explicar por la mayor extensión de los efectos del evento El Niño de lo que se previó al comienzo del otoño, lo que habría generado más eventos de precipitaciones.
“La prolongación de los efectos de El Niño en esta parte del año se puede deber a dos causas, la primera es que la intensidad máxima de este fenómeno fue mayor a la pronosticada. Esto pudo haber repercutido en lo observado meses después. La segunda está relacionada con la Oscilación Decadal del Pacífico, que está en su fase cálida, la cual potencia y hace más duradera la fase de El Niño”, explica Luis Muñoz, meteorólogo del Ceaza.
¿Nuevas lluvias?
Los profesionales de la corporación científica añaden que existen posibilidades de nuevas precipitaciones que afecten a la Región de Coquimbo durante lo que resta de la temporada invernal, pero advierten que debido a la incertidumbre que produce la fase neutra del evento meteorológico El Niño Oscilación del Sur (ENOS) “no es posible hacer algún tipo de estimación de la extensión de estos episodios”.
Por otro lado, consideran que la mayor concentración de precipitaciones en las provincias de Elqui y Choapa, y no de la misma forma en Limarí, se debería a temas orográficos y de latitud.
“Climatológicamente Choapa siempre ha sido más lluvioso que Limarí, pero lo que ha sucedido con Elqui puede tener relación con su relieve, ya que esa provincia tiene montañas más altas, lo que permitiría que los sistemas se potencien antes de cruzar hacia Argentina”, detalla Muñoz.
Fuente: Revista Agua/ CEAZA