Para comprender la importancia del mar en nuestro planeta, hay que saber que alrededor del 90% de la energía acumulada en la Tierra se debe a los gases de efecto invernadero que se almacenan en el océano. Según el informe del estado global del clima de la OMM, el calor concentrado en los océanos alcanzó su nivel más alto desde que empezaron a efectuarse observaciones de esa variable hace 65 años.
René Garreaud, subdirector del CR2 y profesor titular del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, sostiene que el informe de la Organización Meteorológica Mundial viene a confirmar las tendencias que ya conocemos sobre el cambio climático, como son el aumento de la temperatura, el incremento en el nivel del mar y la disminución del hielo marino.
“Hasta donde sabemos, el cambio climático no se ha detenido, por lo que los resultados del informe de la Organización Meteorológica Mundial no me impresionan, ya que muestran lo que uno esperaría. De todas maneras, es terrible ver y comprobar que efectivamente, año tras año vamos rompiendo el récord de las temperaturas”, dijo.
Según explica el documento, las temperaturas anuales pueden verse influidas por fenómenos climáticos naturales de gran escala como El Niño y La Niña, las que alternativamente calientan y enfrían el Océano Pacífico Ecuatorial. De hecho, el fuerte fenómeno de El Niño que comenzó en el otoño boreal de 2023, contribuyó a que las temperaturas mundiales hayan superado los récords anteriores.
Asimismo, el reporte expone que durante 2024, las concentraciones récord de gases de efecto invernadero, combinadas con un episodio de El Niño y otros factores -como los cambios en el ciclo solar, una erupción volcánica masiva y una disminución de los aerosoles que ayudan a enfriar la atmósfera- llevaron las temperaturas a valores sin precedentes.
Aumento del nivel del mar y acidificación de los océanos
También, en 2024 se registró que el nivel medio del mar fue el más alto a escala mundial, desde que empezaron a obtenerse mediciones satelitales en 1993. De hecho, la tasa de aumento observada entre 2015 y 2024 duplicó la registrada entre 1993 y 2002 (creció de 2,1 mm anuales a 4,7 mm anuales)
El aumento del nivel del mar es un fenómeno que se genera por causa del calentamiento de las aguas (por expansión térmica) y el deshielo de los glaciares, de los casquetes y mantos de hielo. Esto incide en la vida y los medios de subsistencia de las comunidades costeras y las naciones insulares de baja altitud.
No obstante, la investigadora CR2, Laura Ramajo, advierte que es importante saber que independiente de lo que plantea el informe de la OMM, las investigaciones en Chile señalan que el aumento del nivel del mar en Chile es un poco más conservador. “Esto, por el simple hecho de que el nivel del mar en Chile depende de aspectos sísmicos y esto es porque sabemos que un terremoto puede enterrar o subir hacia arriba la placa y te puede generar una disminución del nivel del mar o tanto como un aumento”, explica.
Asimismo, Ramajo refuerza que una de las consecuencias que sí estamos sufriendo a causa del calentamiento global es la presencia de agua salada en zonas donde antes no había. “El aumento del nivel del mar genera una intrusión del agua salada en zonas donde antes no lo había, por ejemplo, en los ecosistemas de interfaz de agua dulce o terrestres oceánicos como son los humedales con un impacto en la fauna, en la flora, en la estructura de los ecosistemas y su funcionamiento.”, sostiene.
Según lo consigna el informe de la OMM, el calentamiento de los océanos degrada los ecosistemas marinos, contribuye a la pérdida de biodiversidad y reduce la capacidad de las aguas para actuar como sumidero de carbono. Junto con ello, intensifica las tormentas tropicales y tiene efectos en cadena que deterioran la infraestructura litoral, debido a las inundaciones y la intrusión salina que contamina las aguas subterráneas.
Efecto del cambio climático en las precipitaciones
En tanto, y según el reporte sobre el estado del clima en América Latina y el Caribe, también publicado por la OMM en marzo, Latinoamérica y el Caribe se vieron gravemente afectadas por fuertes lluvias, las que ocasionaron inundaciones, crecidas repentinas y deslizamientos de tierra. Estos fenómenos provocaron víctimas fatales, junto a enormes pérdidas económicas.
La zona central de Chile, por ejemplo, experimentó en 2024 su primer año de precipitaciones por encima de la media en mucho tiempo. Sin embargo, los acumulados adicionales no bastaron para aliviar el problema de la sequía , que se registra desde 2014 en el centro sur del país. “Que el año 2024 aparezca casi sin anomalías e incluso con anomalías positivas de precipitación, no quiere decir que se acabó el problema, sino que sencillamente pasamos por una condición meteorológica muy favorable a las precipitaciones”, explica el subdirector del CR2, René Garreaud.
El investigador asegura que la escasez de agua en Chile, será seguramente uno de los problemas más notables que nos va a traer el cambio climático. “Según el informe sobre el estado del clima en América Latina y el Caribe, la tendencia a la disminución de las precipitaciones se intensificó en la última década con la megasequía, pero ya el 2023 habíamos tenido un año más o menos normal. En 2024 también estuvimos cerca de la normalidad, sin embargo, se va a observar que las precipitaciones siguen bajando con períodos de variabilidad”, sostiene.
Alertas tempranas y servicios climáticos
Por otra parte, los resultados publicados por la OMM, hacen hincapié en la importancia de invertir en servicios meteorológicos, hidrológicos y climáticos, con el fin de tener datos e información basada en evidencia científica para afrontar los retos del cambio climático, construyendo comunidades más seguras y resilientes.
En este sentido, la secretaria general de la OMM, Celesta Saulo, afirma que las alertas tempranas y los Servicios Meteorológicos e Hidrológicos Nacionales (SMHN) están salvando vidas y aumentando la resiliencia en toda América Latina y el Caribe.
Un ejemplo claro de la utilidad de estos sistemas, es el caso ocurrido en Rio Grande do Sul en Brasil en 2024, donde las inundaciones ocasionadas por fuertes lluvias causaron pérdidas económicas en el sector agrícola de cerca de 1.500 dólares y se convirtieron en el peor desastre de naturaleza climática del país. Las alertas tempranas y las evacuaciones contribuyeron a mitigar las consecuencias de este evento, pero aun así hubo más de 180 víctimas mortales.
En Chile y con el fin de consolidar en un sitio único todas las bases de datos y plataformas elaboradas por el CR2-, se está desarrollando desde fines de 2023 “DataClima”. Se trata de un repositorio que aúna cerca de 25 a 30 plataformas preexistentes, junto a bases de datos con información climática y que integra inteligencia artificial para orientar a las y los usuarios, respecto a dónde se encuentra la información o respuestas que se estén buscando. “La idea es preguntarle a un chatbot o a un sistema cuáles son las plataformas o cuál necesito para resolver cierta pregunta”, explica Francisca Muñoz, jefa de Datos y Cómputos del CR2.
“Lo que tenemos hoy es una plataforma que tiene un inventario y fichas de todas nuestras plataformas, donde uno puede, ya sea filtrar por dominio, por dominio geográfico, por ámbito y por tiempo. Si es el pasado lejano, los datos de paleoclima o proyecciones a futuro”, describe.
Esta multiplataforma, si bien comenzó como un servicio orientado a las investigadoras e investigadores del CR2, hoy se erige como un servicio climático que está disponible para cualquier persona interesada en obtener datos sobre el estado del clima en Chile.
Carbono neutralidad
En tanto, y a juicio de la investigadora CR2 y profesora titular del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, Laura Gallardó, el próximo paso para enfrentar y adaptarse al cambio climático es la carbono neutralidad. “Este es un buen propósito que busca poder equilibrar las capturas de gases efecto invernadero con las emisiones, sin embargo, hay que ser cuidadosos con aportar demasiado por la captura en bosques, porque esa captura se va a ver limitada por las temperaturas en aumento”, advierte.
Gallardo señala que debemos promover la acción climática en nuestras vidas , evaluando cómo nos movemos, qué comemos y cómo podemos influir en nuestros gobiernos para apoyar la mitigación y adaptación al cambio climático. “Comer ciertas carnes es peor que otras , en términos de la huella de carbono y agua utilizada. Los viajes en avión son un enorme gasto energético, debido a la cantidad de personas que se mueven y si bien la industria aérea está haciendo esfuerzos, es un sector que contribuye muchísimo al calentamiento global y desde la altura”, específica.
Al respecto, el informe de la OMM es claro en plantear que el fortalecimiento a los planes nacionales para la acción climática es fundamentales para lograr los desafíos propuestos e incidir en la toma de decisiones que nos beneficie a todas y todos.