En plena cordillera, en Putaendo, Región de Valparaíso, a 3.000 metros de altura, un grupo de investigadores, liderados por el biólogo Jaime Troncoso, de la U. de Chile, se encontró con un lagarto notablemente diferente en tamaño y escamación a los conocidos. De color café y 8,5 centímetros de largo (en el caso del macho), la especie (Liolaemus uniformis) resultó ser nueva para la ciencia y su descripción fue publicada el jueves en la revista ZooKeys.
El lagarto o lagartija se suma a otras especies -dos de ellas también descubiertas por Troncoso en la laguna del Laja-, que han sido descritas en los últimos años y que aumentan la lista de reptiles nativos, que ya es cercana a 136 especies.
Pero así como las nuevas especies aumentan, también lo hace el listado de las que están bajo algún grado de vulnerabilidad.
El año pasado, una revisión de la Lista Roja de los Reptiles de Chile, por especialistas de NatureServe, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y las universidades del Biobío y Concepción, analizó 123 especies, 31 de ellas resultaron con algún grado de amenaza.
Marcela Vidal, herpetóloga e investigadora de la U. del Biobío, señala que el número de especies en peligro está aumentando y también las fuentes de amenaza.
“Tiempo atrás las razones por las que estaban amenazadas era la pérdida de hábitat por efecto humano, pero ahora también hay otras condiciones, como el vulcanismo. Muchas nuevas especies descubiertas son aledañas a volcanes, y si existe vulcanismo muy violento es muy probable que poblaciones restringidas de los alrededores se pierdan”, explica.
El gruñidor del volcán (Pristidactylus volcanensis), habitante de la zona centro, es afectado por cinco flancos, por ejemplo, desde la exportación o mascotismo a las especies invasoras. Está “En Peligro”.
Imposible convivir
Sebastián Celis, director del Hospital Veterinario del Buin Zoo, señala que es cada vez más común que les vayan a dejar lagartos o culebras desde condominios ubicados en lo que antes era terreno de estas especies. “Dicen que no puede ser que ande una culebra en la casa, pero ellos son los que están en su hábitat. Algunos los traen, pero a otros les da susto y llaman a control de plagas, dejan el pasto corto y terminan desplazándolas, sabiendo que nosotros somos los intrusos”, dice.
Las culebras de cola larga (Philodryas chamissonis) y las iguanas chilenas (Callopistes palluma) son las nativas más comunes.
La zona central, desde La Serena a Puerto Montt, es el área donde hay más especies en peligro de desaparecer. “Hay menos parques nacionales y reservas y las lagartijas y culebras están más desprotegidas”, dice Vidal.
Para Celis, todas las especies están con algún peligro de conservación, “incluso las que se píensa que no”, dice. “Hay muchas de las que en rigor no se sabe, porque no ha habido estudios completos y ha habido un sesgo por estudiar las mismas, mientras otras no han sido estudiadas”, señala.
El efecto antrópico es lo que más las afecta. Entre las amenazas están los proyectos mineros o eléctricos, mascotas y especies invasoras, la pérdida de hábitat por la ganadería, el tráfico vehicular que las aísla, matanza, extracción de agua, turismo, contaminación, expansión urbana, incendios y el cambio climático.
Fuente: La Tercera
Foto: Fotonaturaleza.cl
