Desde que a fines de 2015 se destapó el escándalo de emisiones contaminantes, que principalmente involucró a Volkswagen, en Europa las autoridades se pusieron más estrictas con este tema.
Puntualmente en Inglaterra las exigencias para los automóviles aumentaron en 2003, cuando se impuso un cargo por circular por el barrio financiero y la zona oeste de Londres llamado “impuesto por congestión vehicular” por el que deben pagar un poco más de $9 mil (US$15).
La misma ciudad inglesa ahora hace noticia por una nueva medida contra la contaminación, que consiste en castigar con un pago diario por más de $8 mil (US$13,17) a todos los vehículos diésel que hayan sido producidos antes de 2005. De esta manera, conducir en Londres se volverá caro, ya que en total los automovilistas deberán desembolsar más de $17 mil (US$28,17).
Así, la capital de Inglaterra se suma a otras ciudades europeas que también han tomado medidas con respecto a la contaminación provocada por los vehículos diésel, como Madrid, Atenas y París.
De los 535.000 vehículos que ingresan a la zona donde se cobrará este impuesto, se estima que la decisión afecte a 34.000 de ellos. Las autoridades británicas han comentado que la idea de aplicar estas restricciones es fomentar e incrementar la compra de vehículos amigables con el medio ambiente como son los híbridos, eléctricos e híbridos enchufables.