“Existen nueve límites que el ser humano no debe superar” y la pérdida de biodiversidad “es la más preocupante por el ritmo de extinción de especies”, ha señalado a EFE este investigador del Institut Català de Palentologia Miquel Crusafont y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Los paleontólogos “trabajamos con extinciones”, ha subrayado, y, “aunque en el imaginario popular es inconcebible y es un tema tabú, la desaparición de la raza humana puede acontecer y la situación es más preocupante de lo que parece”.
La pérdida de biodiversidad
En su opinión, “las cosas van más rápido que lo que nos creemos” y el bienestar humano “pasa por que haya muchas especies, que todas las relaciones ecológicas se mantengan para que unas contrarresten a las otras y todo esté en equilibrio (…); si le quitamos muchos elementos a los ecosistemas, éstos colapsan”.
Y llega un momento en que “perdemos el control”, como con el cambio climático, otro de los límites que, según este experto, “no se debería sobrepasar” y si ya no estamos a tiempo de detenerlo, “vamos a pensar qué hacer para minimizar sus efectos”.
El cambio climático
El cambio climático es, según Furió, “lo suficientemente lento como para que lo notemos de un día para otro, pero lo suficientemente rápido para que a la vida le cueste adaptarse al ritmo”.
Y esto “nos va a hacer ver cosas que nunca hemos visto, no sabemos hasta dónde va a llegar, cómo se para y qué consecuencias tiene, desconocemos si la Tierra se recuperaría si ahora mismo se acabase con los combustibles fósiles o quedaría algún remanente del daño causado”.
El científico ha apuntado también al uso excesivo de suelo para la agricultura o la contaminación química como algunos de los nueve límites planetarios determinados por la ciencia que no se deberían sobrepasar para garantizar la supervivencia del ser humano.
Claves de supervivencia
“No es una cosa que esté escrita, pero si uno no quiere morir antes de tiempo se tiene que empezar a cuidar”, ha insistido Marc Furió, quien ha matizado que el libro está escrito “en un tono optimista, pues no sólo describe el problema, sino que da soluciones”.
La más importante, “que no sale en el libro”, es “llegar a un estado estacionario a nivel económico y poblacional y reducir el consumo sí o sí”, ha subrayado.
En su opinión, “somos muchos y consumimos mucho y un sistema desarrollado y sostenible pasa por volver al estilo de vida modesto de los años 50, en que se gastaba poco y se reutilizaba al máximo, lo que hoy en día nos parecería una pérdida de libertad”.
“No sabemos si podemos detener las consecuencias de sobrepasar los límites, pero sí reconocer el problema y estar preparados para evitar sus consecuencias -ha señalado-; es como si te aproximas con el coche hacia un precipicio, puedes empezar a frenar, saltar o acelerar todavía más, y cuando lo ves, es demasiado tarde”.