La importancia del monitoreo continuo del sistema climático en Antártica y sus desafíos futuros

Dado lo complejo del sistema climático en Antártica y las teleconexiones que modulan su clima, es necesario desarrollar un monitoreo continuo de las variables que actúan en el sistema climático (Tropósfera-Atmósfera-Criósfera-Océano, TACO) que permitan entender de mejor manera las interacciones y las teleconexiones que ocurren en Antártica.

Laboratorio TARP, Antártica.

La península Antártica ha experimentado durante el último siglo las mayores tasas de incremento en temperatura atmosférica. La Antártica no es un continente aislado, ya que su clima es modulado por mecanismos de variabilidad climática, tales como: El Niño (La Niña), la Oscilación del Sur (ENSO) y el Modo Anular del Sur (SAM). Algunos modelos numéricos han demostrado que la Baja de Amundsen (ASL) es responsable de una parte importante del cambio observado en la Antártica Occidental, donde una ASL más profunda, junto a la fase positiva del Modo Anular del Sur (SAM) induce un incremento en el bombeo de Ekman, generando una mayor intrusión de las Aguas Cálidas Profundas de la Corriente Circumpolar Antártica (CCA), generando un mayor derretimiento de las plataformas glaciares en el margen occidental de Antártica.

El efecto antropogénico en los cambios observados en el sistema climático de la Antártica es inegable, caracterizado por el incremento de los gases invernaderos postera industrial, responsable, entre otras cosas, del alza de la temperatura atmosférica, aumento del vórtex polar y la disminución de la capa de ozono. Sin embargo, los esfuerzos realizados por el Protocolo de Montreal han permitido revertir la tendencia a la disminución en la capa de ozono, pero el agujero de ozono es altamente dinámico año a año y su extensión depende también de teleconexiones como el SAM.

Dado lo complejo del sistema climático en Antártica y las teleconexiones que modulan su clima, es necesario desarrollar un monitoreo continuo de las variables que actúan en el sistema climático (Tropósfera-Atmósfera-Criósfera-Océano, TACO) que permitan entender de mejor manera las interacciones y las teleconexiones que ocurren en Antártica.

El uso de la información satelital, a partir de la década de 1970, ha sido una herramienta muy importante para monitorear el Continente Blanco, al igual que los cruceros de oportunidad, los cuales entregan una valiosa información de la oceanografía del lugar, pero son solo una foto instántanea del momento. Es necesario realizar monitoreos continuos en el sistema climático antártico (TACO) que validen la información satelital.

Es así como durante el año 2020 nace la iniciativa programática del Inach, que se enmarca dentro del proyecto Observatorio del Cambio Climático, mediante la que se instalarán una serie de sensores climáticos para el monitoreo de las condiciones atmosféricas y terrestres en la Antártica. Además, el Programa Áreas Marinas Protegidas (AMP, Inach) ha contribuido al monitoreo de poblaciones de pingüinos mediante tecnología de tracking, permitiendo entender la extensión del forrajeo y cómo son afectadas las especies de pingüinos por el SAM y por los cambios en la cobertura de hielo marino.

Por otra parte, la lancha Karpuj contará con un termosalinógrafo que permitirá registrar en tiempo real la temperatura y salinidad durante algunos track de la Expedición Científica Antártica (ECA 58).

En este especial del Boletín Antártico Chileno (BACh) se discuten temas como los desafíos del cambio climático en las altas latitudes, las ondas de calor y sus repercusiones en las comunidades marinas y terrestres en Antártica, la Baja de Amundsen y su impacto en el sistema climático de Antártica, la asociación entre el hielo marino y el metano y los mecanismos de retroalimentación que operan, entre otros.

De los estudios presentados se desprende que para capturar y monitorear de mejor manera el cambio climático en Antártica es necesario desarrollar un monitoreo continuo, robusto y de larga extensión a partir de una nueva generación de sensores que contribuya a una mejor representación de las forzantes que operan en Antártica. Esta nueva tecnología recomendada a utilizar se muestra en la figura 1.

El nuevo rompehielos Óscar Viel de la Armada chilena estará operativo para el año 2024/2025, lo cual permitirá extender las investigaciones en el sistema climático de Antártica hasta el círculo polar, siendo una poderosa plataforma que permitirá ampliar nuestro conocimiento en el sector occidental de Antártica.

Este artículo es parte del especial “Sensores del Cambio Climático” del Boletín Antártico Chileno que publica bianualmente el Inach.

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