La democratización del conocimiento para un futuro sostenible de la agricultura

Una de las variables que más influye en el actuar diario de las personas, es el conocimiento. Saber de qué se trata y buscar soluciones que sean satisfactorias para la escala en que queremos intervenir. Hay un déficit y desigualdad en términos, primero, de la generación de conocimiento y, segundo, del acceso a ese conocimiento.

En épocas de cambios y de crisis climática, la humanidad se ve enfrentada a tomar decisiones prontas y eficientes para evitar que las consecuencias nos presenten un escenario complejo y que condicionará a las futuras generaciones.

Desde autoridades hasta los ciudadanos que habitan los distintos territorios, debemos ser parte del cambio necesario para mantener, cuidar y mejorar el entorno donde desarrollamos nuestras actividades, tanto económicas, sociales, familiares e individuales. Los descubrimientos tecnológicos han permitido el avance y el desarrollo de las comunidades, no obstante, es insuficiente aún para dar certezas sobre lo que podría ocurrir si no se toman las decisiones correctas.

Una de las variables que más influye en el actuar diario de las personas, es el conocimiento. Saber de qué se trata y buscar soluciones que sean satisfactorias para la escala en que queremos intervenir. Hay un déficit y desigualdad en términos, primero, de la generación de conocimiento y, segundo, del acceso a ese conocimiento.

En la medida que hay más recursos, el conocimiento se genera en forma más rápida y robusta, quedando desplazadas comunidades que no tienen los suficientes medios.

Hoy la tierra, en el más sentido y básico concepto de su existencia y uso, es crucial para pensar cómo las futuras generaciones la van a gestionar. ¿Cómo el uso del suelo agrícola podrá cubrir las necesidades de la humanidad? En contexto de crisis climática, por ejemplo. Hoy la tecnología es nuestra aliada para proyectar de mejor manera la seguridad alimentaria; es también la herramienta que permite visualizar dónde y cómo plantar y si es necesario cambiar el uso del mismo para gestionar de mejor manera los recursos naturales.

En este sentido, el aporte de institutos tecnológicos como el Centro de Información de Recursos Naturales (Ciren) son fundamentales para comprender el presente y el futuro de la agricultura. Datos como que el 60% de los suelos están en estado de degradación o que es necesario conocer más en detalle el tipo de riego y especies que se necesitan para determinados territorios, son importantes para avanzar en medidas en situación de crisis climática.

Por qué no, conocer cuál es la especie de mayor superficie plantada. Por ejemplo, en la Región de Valparaíso, el palto es el pionero con 20.434 hectáreas. Le sigue la vid de mesa con 8.413 y el nogal con 6.306. Conocer estos datos, es el primer paso para analizar y evaluar nuestra la agricultura.

Una manera de mitigar este cambio climático y aprovechar de mejor manera los recursos naturales, sobre todo el tema del agua y nuestro suelo, es que hay ciertos cultivos que requieren, por ejemplo, menos cantidad de agua, y que igualmente son productivos. Con la actual tecnología de Ciren es posible seguir avanzando en este tema.

Contamos con tecnología de vanguardia. Trabajamos con imágenes satelitales de  máxima resolución, con diferentes bandas que nos muestran las características del suelo y la vegetación. También en terreno, con drones que tienen cámaras especiales que nos permiten ir analizando las zonas más grandes. Es necesario continuar democratizando el conocimiento para apoyar la toma de decisiones en este ámbito, ese es uno de los principales objetivos de nuestro trabajo. 

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