La Araucanía: proyecto de plantaciones y protección de cuencas ha logrado recuperar agua en zonas de sequía

A través del Centro Tecnológico Territorio Mayor de la Universidad Mayor y apoyado por Corma Araucanía, se está desarrollando un piloto para recuperar el agua en distintas comunas de la región.

La sequía es sin duda una de los grandes problemas que afecta a la Región de La Araucanía, en donde junto al mal uso de los recursos disponibles, ha influenciado a cientos de familias que día a día deben racionar o esperar la ayuda de camiones aljibes para abastecerse. Frente a esto, el Centro Tecnológico Territorio Mayor de la Universidad Mayor de Temuco, instauró en 2020 un piloto en comunas ubicadas principalmente en la zona de la cordillera de la costa, sitios en los cuales, según datos recabados, existe la posibilidad de recuperar el recurso hídrico.

Gracias a donaciones efectuadas por CMPC, empresa socia de Corma, se realizó la reforestación y protección de especies como el pitao, coihue, maqui, quillay, roble, corcolén. Asimismo, se utilizaron plantas para crear estratos vegetacionales asociadas a nalcas, helechos, calle-calle y ñipa, junto con controladores de plagas especies aromáticas como el romero, tomillo, lavanda, entre otros.

A la fecha, cerca de 300 familias de las comunas de Purén, Nueva Imperial, Teodoro Schmidt y Padre Las Casas, han sido beneficiadas con esta iniciativa. Ellas han participado no solo en los procesos de plantación y protección, sino también cambiando muchas de sus rutinas de trabajo para ayudar más rápido a la readaptación de los suelos y la recuperación final del agua.

Así lo cuenta Fresia Lienqueo, presidenta del APR El Peral de Nueva Imperial, cuyo sistema de abastecimiento se ha visto disminuido por la sequía y también por la cantidad de personas que han llegado al sector en los últimos años. “Siempre estuvimos muy interesados en este proyecto y no sabíamos cómo se hacía. Es un gran beneficio tener bosques nativos, el jardín de lluvia es maravilloso y esto ayuda a recuperar el agua, ya que las plantas van filtrando hacía el río que nos abastece”.

Para Nivia Tramolao, vecina del sector Ipinco Alto en Purén, este proyecto la ayudó a proteger un preciado espacio que tiene en su predio, un humedal que tiene juncos mayormente y solo en los bordes algunos árboles nativos.

“Acá nadie hacía nada por preservar los humedales o cuidarlos, y yo tenía muchas ganas de hacer algo. Cuando llegaron de la universidad me pareció muy lindo, porque era algo para toda la comunidad. Cerraron el humedal, lo protegieron y ahora tengo un bosquecito de plantas nativas que aportarán para cuidar el humedal, así que hemos participado en las capacitaciones y estamos muy felices”.

El trabajo en terreno

Érika Álvarez, directora del Centro Tecnológico Territorio Mayor, asegura que el proyecto comenzó entendiendo el ciclo hidrológico de estos sectores con análisis de suelo y prácticas propias de los vecinos, todos factores que influyen en la disponibilidad de agua.

Álvarez explicó que “partimos entendiendo como una gota de agua llega a la hoja, al tronco y luego va al suelo a través de las raíces para alimentar un acuífero (agua subterránea), pero entendimos que el suelo es arcilloso, de baja porosidad, escasas raíces, soleado y le cuesta más infiltrar. Pero cual es el mayor problema, el cambio de uso de suelo que se ha hecho en los territorios. Acá hablamos de un uso permanente que tiene igual requerimiento cada año, por ejemplo, un año plantan trigo y a la otra cebada, los dos son cereales y tienen el mismo requerimiento nutricional, por lo tanto, ocupan los mismos fertilizantes y controladores de plagas afectando el suelo. Entonces cuál es la solución, volver a darle sanidad y porosidad al suelo y para eso, hemos trabajado con malezas, dado que son las que más rápido airea el suelo, mejora la estructura, genera materia orgánica y lo regenera”.

Todo este trabajo de protección a humedales, esteros y cuencas que alimentan distintos sistemas de APR, ha significado para el Centro Tecnológico Territorio Mayor, recortar los plazos de recuperación de agua, ya que las estimaciones preliminares aseguraban que “en dos o tres años se esperaban los primeros milímetros de agua, pero en todos los sectores donde las malezas han podido colonizar entre los árboles ha sido en un plazo de 8 meses, siendo necesario continuar el trabajo y avanzar en que calidad de agua es la que queremos recuperar”, concluyó Érika.

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