Instrumento determinará cuánto contribuye Santiago al cambio climático

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A 20 metros de altura, sobre un edificio de la clínica Indisa, en Providencia, está instalado el primer Espectrómetro de Absorción Óptica (DOAS) del país, un instrumento que a través de un haz de luz, mide los gases presentes en la atmósfera de Santiago, para determinar cuánto contribuye la ciudad a la generación de gases de efecto invernadero (GEI) y a la contaminación atmosférica local.

Instalado por el Centro de Investigación Mario Molina, el sistema monitoreará entre otros, los gases de efecto invernadero (CO2, CH4 y N20, entre otros), además de SO2, NO2 y O3, contaminantes atmosféricos precursores del material particulado 2,5 (MP2,5), uno de los elementos más dañinos para la salud y del cual la capital está saturado.

“En las ciudades está la fuente principal que impacta al planeta, donde están las industrias, por lo tanto, es necesario saber cuánto se está emitiendo en una zona para tomar medidas de mitigación. Es absurdo cuando dicen que aportamos tan poquito, es un valor que se usa como argumento de que nosotros no deberíamos hacer mucho, pero no hay que confundirse”, dice Pedro Oyola, doctor en físico-química y director general del centro Mario Molina.

Gianni López, director del centro, concuerda y agrega que decir que Chile emite muy poco “está complemente obsoleto”, y con los acuerdos de la última COP en Perú, todos los países van a tener que presentar acciones. “En ese sentido está orientado a las políticas públicas para ver el resultado de lo que están haciendo las autoridades en el largo plazo para reducir las emisiones de GEI”, dice.

¿Por qué en instalarla en Providencia? Según López, “este es un estupendo lugar para monitorear los efectos del transporte en el largo plazo, en el cual transitan vehículos relativamente nuevos, por lo que la aplicación de normas más estrictas se va a notar aquí más que en otro sector de la ciudad. Hay una relación directa entre la contaminación atmosférica de Santiago y el transporte y entre emisión de GEI y el transporte”, asegura.

“El error máximo cometido, que lo reconoce todo el mundo, fue separar la contaminación del cambio climático, cuando es lo mismo”, dice Oyola. De ahí la importancia de monitorear los gases que la provocan al mismo tiempo.

 

Fuente: La Tercera