Héctor Hidalgo: “La sostenibilidad dejó de ser un área y hoy es un desafío cultural en las universidades”

Exdirector de Vinculación con el Medio de la Universidad Andrés Bello y actual consultor independiente, Héctor Hidalgo reflexiona sobre cómo la sostenibilidad dejó de ser un área específica para convertirse en un desafío cultural en las universidades. Desde su historia de movilidad social y su vocación por la educación con sentido, abordó el vínculo entre sostenibilidad y empleabilidad, el rol ético de la educación superior, la gestión del cambio institucional y la necesidad de formar profesionales con propósito en un contexto de crisis climática, social y cultural.

Con una trayectoria marcada por la gestión universitaria, la vinculación con el medio y la sostenibilidad, Héctor Hidalgo, ex director de Vinculación con el Medio de la Universidad Andrés Bello (UNAB), ha consolidado un trabajo enfocado en fortalecer el rol social de la educación superior. Actualmente, se desempeña como consultor, realizando charlas y acompañando a universidades en materias de sostenibilidad, empleabilidad e innovación educativa.

Su vocación tiene raíces profundas en su historia personal. “Nací en Rancagua, en una familia de escasos recursos, pero donde siempre se creyó profundamente en el valor del esfuerzo, el compromiso con las tareas asumidas y el poder transformador de la educación como herramienta de movilidad social”, relata. Tras estudiar en un colegio técnico, ingresó a Ingeniería Civil Informática en la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM).

Durante su vida universitaria, Hidalgo participó activamente en ayudantías y voluntariados académicos, especialmente en el Preuniversitario Solidario USM, iniciativa que llegó a liderar. “Sentía que tenía el deber moral de que otros jóvenes tuvieran las mismas o mejores oportunidades que yo había recibido”, afirma. 

El legado de la UTFSM fue clave en su formación ética y social. “La UTFSM tiene un legado extraordinario: la visión de don Federico Santa María, quien nos recordó que es deber de quienes tienen más ‘poner al alcance del desvalido meritorio llegar al más alto grado del saber humano’. Yo fui al principio ese ‘desvalido meritorio’. Y luego sentí que había llegado mi turno de ayudar a otros”, señala. Ese enfoque lo llevó de manera natural a la gestión universitaria, la vinculación con el medio y la sostenibilidad. 

Sostenibilidad y empleabilidad

Desde su experiencia liderando áreas de empleabilidad en la UTFSM y la UNAB, Hidalgo sostiene que la sostenibilidad hoy es un motor real de empleabilidad.

A su juicio, el mundo del trabajo ha cambiado estructuralmente. “Inversionistas exigen o priorizan criterios ESG en los negocios, empresas evalúan impacto ambiental y social como parte de su gestión regular, los clientes eligen cada vez más a organizaciones con propósito e impacto, y los profesionales quieren trabajar donde exista ética y coherencia con todo lo anterior”.

En ese escenario, las competencias asociadas a la sostenibilidad dejaron de ser exclusivas de ciertas disciplinas. “Habilidades y conocimientos que antes parecían exclusivos de carreras ambientales, hoy son transversales y necesarias para prácticamente todas las disciplinas”, explica. Además, subraya que la empleabilidad no depende solo del conocimiento técnico: “Importan profundamente los valores humanos, la capacidad de colaborar, el pensamiento crítico, la comunicación efectiva y el compromiso ético”.

Instalar la sostenibilidad como cultura institucional

Durante su rol en la UNAB, uno de los principales retos fue integrar la sostenibilidad como un eje transversal de la institución. “La sostenibilidad no es (o no debería ser) un ‘proyecto de un área’. Es un desafío cultural que atraviesa todo”, señala, mencionando docencia, investigación, vinculación con el medio, infraestructura, gobernanza y planificación estratégica, entre otros ámbitos.

Para Hidalgo, avanzar en este ámbito implica comprender que se trata de un proceso de cambio profundo. “Las instituciones que más han avanzado entienden que ‘esto es gestión del cambio’: exige tiempo, convicción, coherencia directiva, apoyo político interno, metodologías e indicadores, pedagogía organizacional, ‘mucha paciencia’ e ‘inteligencia emocional’”. Y añade: “La sostenibilidad trata de personas trabajando con otras personas”.

Entre las estrategias más efectivas, destaca el trabajo colaborativo y la comunicación constante. “Las mejores estrategias han sido siempre: sumar equipos multi e interdisciplinarios, abrir ‘espacios de cocreación genuinos’, vincular sostenibilidad al corazón del proyecto educativo, demostrar resultados con evidencia y coherencia institucional, celebrar los logros colectivos y comunicar permanentemente”. En ese punto, advierte: “Por miedo al greenwashing, muchas veces se puede caer en el greenhushing, que también le hace mal al sistema de educación superior”.

Proyección e impacto

En su etapa actual como consultor, Hidalgo proyecta su experiencia institucional hacia nuevas organizaciones. “Hoy, desde la consultoría, estoy proyectando esa experiencia hacia universidades de Chile y otros países de la región, acompañándolos a instalar modelos de gestión, vinculación con el medio, sostenibilidad, empleabilidad, aseguramiento de la calidad e innovación educativa”.

Su motivación tiene raíces de largo plazo. “Desde niño siempre quise ser parte de algo grande, que trascendiera más allá de mi historia personal y que impactará positivamente en muchas personas”, reflexiona. Hoy, ese propósito se expresa en la posibilidad de multiplicar aprendizajes: “Un modelo bien aplicado puede terminar beneficiando a miles de jóvenes que hoy están en formación, y que mañana liderarán empresas, organizaciones del Estado, fundaciones, municipios y comunidades enteras”.

Un llamado a las nuevas generaciones

Finalmente, Héctor Hidalgo entrega un mensaje directo a quienes inician su camino profesional. “No estudien ni trabajen en algo solo por agradar. Háganlo porque eso les apasiona, porque sienten que pueden generar un impacto”, señala. También enfatiza que la sostenibilidad va más allá de lo académico: “La sostenibilidad no es un curso, ni un informe, ni un proyecto específico: es una manera de entender el mundo”.

En un contexto de crisis múltiples, su llamado es claro: “Entiendan que vinimos a este mundo en un momento único. La crisis climática, tecnológica, social y cultural exige profesionales con propósito y compromiso”. Y concluye: “Recibimos esta vida y este planeta en ciertas condiciones, y es nuestro deber profundo dejarlo mejor de lo que lo recibimos. De eso trata la sostenibilidad. De mejorar la vida de otros. De vivir con sentido”.

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