A casi un año y medio del terremoto que afectó a la zona norte, principalmente a la Región de Tarapacá, Chile debe afrontar las devastadoras consecuencias de un nuevo sismo, esta vez con epicentro en las cercanías de Coquimbo.
Precisamente estos movimientos telúricos estudia el Centro Nacional para la Gestión Integrada de Desastres Naturales, al que pertenece un equipo de geólogos que logró descifrar la clave sobre el origen del terremoto de magnitud 8,2° Richter, que golpeó el Norte Grande en abril de 2014.
Durante estos meses, los investigadores liderados por académicos de la Universidad Católica del Norte, pusieron su atención en las dos semanas previas al terremoto, las que fueron “de intensa actividad sísmica”, desde el movimiento de magnitud 6,7° Richter frente a las costas de Iquique, ocurrido el 16 de marzo de dicho año.
«Hasta antes de este estudio, no se les atribuía ningún rol a las fallas corticales –superficiales- en los grandes terremotos o en destrabar el contacto interplaca», comentó Gabriel González, geólogo del equipo investigador.
González además explicó que la falla superficial, que produjo 55 sismos perceptibles en las dos semanas anteriores al terremoto, permitió destrabar el contacto y liberar energía entre las placas de Nazca y Sudamericana.
Fuente: www.elboyaldia.cl