El investigador principal del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden) y académico UCN, Gabriel González, explica que el terremoto de Miyazaki es una ruptura sísmica que ocurrió en la parte suroccidental de la fosa de Nankai, a 37 km de profundidad.
La fosa de Nankai marca la subducción de la placa Filipina bajo la placa Eurasiática y ha sido intensamente monitoreada por científicos japoneses ya que se sospecha que puede generar un mega terremoto similar al ocurrido en Tohoku-Oki en 2011. Cabe recordar que una fosa de subducción es una profunda depresión en el fondo del océano, donde una placa tectónica se desliza debajo de otra, proceso que puede generar grandes terremotos y tsunamis.
Este sismo deslizó la parte suroccidental de la gran falla de subducción de Nankai. “Hay una gran sospecha de que el sismo pueda haber transferido tensiones a las otras porciones de la falla de subducción de Nankai, propiciando condiciones para activarla completamente”, explica el geólogo de Cigiden. En palabras simples, cuando un terremoto ocurre, puede liberar energía y aumentar la presión en otras áreas cercanas de la falla, lo que podría desencadenar nuevos sismos.
De hecho, en esta parte de Japón están instalados los instrumentos más sofisticados existentes actualmente en el mundo para detectar deformaciones asociadas a terremotos en zonas de subducción de la Tierra.
Este sistema se llama Proyecto Donet (Dense Oceanfloor Network System for Earthquakes and Tsunamis), el cual “contiene dispositivos sísmicos instalados en el fondo marino y conectados con un cableado submarino capaz de detectar deformaciones de muy baja intensidad mediante sismómetros de banda ancha, medidores de presión, hidrófonos (micrófonos especializados para colocar bajo el agua) y termómetros que pueden anticipar rupturas sísmicas y gatillar alertas de terremoto y tsunami”.
¿Qué significa la alerta de terremoto en Japón?
Además de los puntos mencionados, el investigador principal de Cigiden y académico USM, Patricio Catalán explica que, a pesar de las alertas que se mantienen vigentes, “no significa que un terremoto vaya a ocurrir con certeza. Es simplemente una medida de precaución, ya que hay varios antecedentes que contribuyen a que la probabilidad de ocurrencia de un evento significativo sea alta”.
Entre las razones que mantienen esta alerta, están que el terremoto se activó en el borde de una zona de alta sismicidad -la fosa de Nankai- la cual “es similar a la fosa que se encuentra frente a Chile donde se unen las placas de Nazca con la Sudamericana”, explica el experto en tsunamis. Históricamente, en este sector de Japón, han habido varios eventos de gran magnitud en la historia, siendo el más reciente en 1946, hace 78 años.
“Registros históricos abundan, y sugieren que terremotos de gran magnitud ocurren allí con al menos un terremoto en un lapso de 100 o 200 años. Con esto, Japón estima que es altamente probable que un terremoto ocurra en los próximos 30 o 40 años”, postula Catalán. Considerando estos antecedentes, Japón elevó su nivel de atención, como una medida precautoria.
Conocimiento científico
Ambos investigadores destacan la importancia que Japón da al conocimiento científico, ya que “es clave para poder anticipar escenarios ante la ocurrencia de sismos”, destaca González, agregando que “en este momento existe una alerta específica por el sismo recién ocurrido, ya que puede conllevar un terremoto de grandes proporciones y, para ello, los tomadores de decisión se deben poner en alerta máxima para anticipar posibles respuestas de la población”.