En esta semana Mundial del Medio Ambiente y de los Océanos quiero abordar un tema que nos afecta directamente como país por la gran costa que poseemos. Habitualmente leemos, vemos y escuchamos como en nuestras playas se encuentran residuos de plástico botados, generados en el post consumo domiciliario y no domiciliario.
A quién no le ha tocado ver inesperadamente en la arena o en un acantilado costero un pañal, una boya, un vaso o una botella desechable. ¡Qué rabia! Lo he constatado personalmente. Pero no hay que confundirse, esos desechos no llegan por arte de magia al mar, son las personas las que no disponen adecuadamente sus residuos.
¿Es cultural? Sin duda alguna, la respuesta es afirmativa. La falta de educación es el principal problema que contamina nuestros mares.
¿Basta que informemos y eduquemos para solucionar el problema? Claramente no.
Existen facilitadores que debemos desarrollar para ayudar a disminuir la mala disposición de plásticos y así cuidar nuestro Océano y medioambiente. Las personas requieren ser informadas del material del envase que contiene el alimento o bebida, qué tipo de plástico es y si posee alta reciclabilidad. Necesitamos traspasar a ellos el poder de elección, de rango verde, a sus comportamientos de compra.
También es necesario “hacerles la vida más fácil” con la entrega de contenedores para separar rápidamente los materiales y retiros diferenciados casa a casa. ¡Recuperar el material! No menos importante sería caminar sólo 50 pasos para encontrar contenedores de acercamiento en toda la costa chilena de uso familiar.
No se vale seguir introduciendo al mercado de consumo empaques con plástico de imposible o difícil reciclabilidad. Eso no es responsable al alero del medioambiente. No es necesario esperar la normativa que restrinja a los productores. Es un deber ¡hacerlo ya!
Durante mucho tiempo los alimentos que hemos consumido, el aire que hemos respirado, el agua que hemos tomado han hecho posible nuestra existencia. A pesar de que el plástico nos ha entregado enormes comodidades y beneficios, algunos polímeros aún no logran ser plenamente circulares.
Sabemos la importancia que tiene cuidar la naturaleza y extraer menos recursos de ella. Si el plástico no aprende la lección y no deja de aparecer en mares, ríos y playas, tendrá que ser descartado para el uso de ciertas aplicaciones.
Circular los recursos a través del reciclaje es estresar menos al medioambiente. Es por ello, que cualquier esfuerzo por construir una economía circular será reconocido.
El reciclaje es un esfuerzo colectivo. Es una actividad que involucra una cadena muy grande de gestores. No podemos actuar de manera aislada. Es imprescindible que todos se involucren. Trabajemos unidos para comenzar a revertir el daño que le hemos hecho a nuestra naturaleza y seamos todos héroes del reciclaje.