Hoy celebramos orgullosamente nuestro Día Nacional del Medio Ambiente, una conmemoración reciente y llena de significados sobre todo en estas fechas. Este día se celebró por primera vez en 2015, sólo cinco años después de que se creara el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) en nuestro país, reforzando así el mensaje de que el medio ambiente es importante para las chilenas y chilenos, el Gobierno y el Estado.
Es importante considerar que por ley, nuestros ministerios tienen un orden de precedencia, es decir cuál es más importante que el otro y tiene mayor prioridad al momento de definir políticas públicas. La última vez que se reordenó este listado fue en 2011, solo un año después de que se creara el MMA, donde la cartera de Medio Ambiente quedó último en la fila.
Lo anterior nos muestra que el medio ambiente sí es algo tan importante como para tener un ministerio, sin embargo, tiene un peso menor en relación a las otras carteras que definen la agenda nacional, siendo un ejemplo claro la situación del Acuerdo de Escazú, el cual Chile decidió no firmar y el MMA fue de los últimos en referirse al tema públicamente.
Entonces, ¿el medio ambiente es algo realmente importante para nuestros gobiernos?, o ¿es sólo un mensaje o una señal comunicacional sin impactos concretos en nuestro modelo?
Esto sucede tanto en el mundo público como en otros sectores. En la vereda privada he visto de forma directa e indirecta como muchas empresas se dicen ser “sustentables”, “ecofriendly”, “verdes”, “amigables con el medio ambiente”, “comprometidos con el medio ambiente”, entre muchos otros términos. Pero al hacer doble clic no hay acciones concretas para ayudar al medioambiente o mejor dicho disminuir su impacto sobre este, finalmente no se lo toman en serio.
Por el lado académico se ve una situación similar. Muchas carreras y universidades también se están subiendo al carro de la sustentabilidad, sin embargo, en la mayoría de los casos se considera como un curso extra a las mallas curriculares y no de manera transversal en el desarrollo de la carrera y de la persona.
Es así como todos los sectores están avanzando hacia un futuro más verde, pero al momento de ver en detalle cómo lo están haciendo, nos damos cuenta que sólo son cambios superficiales, esfuerzos tímidos, mensajes confusos o directamente publicidad engañosa.
Con esto no quiero decir que todas las organizaciones e instituciones debiesen ser perfectamente sustentable, ya que es un camino que estamos recién comenzando, no obstante, si lo lógico sería que cumplan con lo que dicen y, así pasar del dicho al hecho. Es importante hacer esta diferencia, tanto a nivel personal como organizacional, ya que las buenas intenciones abundan, pero las acciones son las que realmente cuentan.
“Lo que haces habla tan alto que no puedo escuchar lo que dices”, Ralph Waldo Emerson.
Desde los sectores público, privado y académico, tenemos el deber de impulsar un desarrollo sustentable en nuestro país y también en la región mediante las acciones. Como claramente lo decía el slogan de la COP25 “Tiempo de Actuar”, es momento de actuar y hacer un cambio de modelo de país frente al medio ambiente para estar a la altura de la crisis climática y ecológica que estamos viendo.
Un claro ejemplo de esto es la contradicción del Acuerdo de Escazú, el cual Chile impulsó desde un comienzo junto a Costa Rica y, finalmente decidió no firmar hace unas semanas. De manera opuesta y paradójicamente Chile como actual presidente de la COP25 ha sido uno de los pocos países del mundo en actualizar sus compromisos ambientales conocidos como “Contribuciones nacionales determinadas” o NDC( por sus siglas en inglés), así nuestro país se sigue comprometiendo a más, pero por otro lado no realiza la acción concreta de firmar un acuerdo ambiental regional sin precedentes.
Para comenzar a ver cambios reales, el MMA necesita un mayor protagonismo frente a sus pares. En el sector privado las empresas que impactan al medio ambiente con sus operaciones deberían tomar en serio el asunto y considerar al menos una persona dedicada full time a medio ambiente, con voz y poder decisión al interior de la organización para que se hagan cargo de sus impactos. Finalmente, en el lado académico he tenido la suerte de realizar un curso sobre sustentabilidad en la universidad y he visto cómo las y los alumnos les cambia la perspectiva de su carrera durante el curso. Qué pasaría si se hablara de medio ambiente de manera transversal en la educación y no como un curso extra, el cambio sería radical, considerando ésta como parte esencial del desarrollo humano de los estudiantes.
Dejemos de perder el tiempo con tantos compromisos, teoría y mensajes verdes y comencemos a realizar acciones concretas para revertir la situación en la que estamos. Cumplamos los compromisos y actuemos acorde a nuestros dichos, si damos este salto en el futuro podremos celebrar este día con más acciones y resultados que palabras vacías.
Feliz Día Nacional del Medio Ambiente 2020.