Luego de un intenso trabajo de seis años, un grupo de investigadores descubrió una nueva especie de ave marina que se reproduce en la latitud central de la Cordillera de los Andes, entre el territorio chileno y argentino.
Se trata de la golondrina de mar andina, Oceanites barrosi, que cuenta con un tamaño pequeño, alas cortas y redondeadas, y que es parte del Orden Procellariiformes que agrupa especies de aves marinas pelágicas como fardelas, petreles y albatros.
De esta manera, la golondrina de mar andina se suma al grupo Oceanites que ya contaba con tres especies: las Oceanites gracilis, Oceanites oceanicus y Oceanites pincoyae.
Su descubrimiento se debe al trabajo exhaustivo realizado en la Cordillera de los Andes por parte de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre, quienes buscaban sitios de reproducción de los Oceanites, ya que los últimos años se habían registrado caídas de aves debido a la contaminación lumínica de la Región Metropolitana.
“Durante este proceso generamos muestras de ADN de estas aves y, al sumarlas al árbol filogenético nos dimos cuenta con los datos genéticos que esa población no formaba un clado con muestras de Oceanites chilensis, la especie a la cual se atribuía esa población inicialmente”, explica el líder del proyecto, Heraldo Norambuena, e investigador del Centro Bahía Lomas de la Universidad Santo Tomás.
Posteriormente, luego de repetir los análisis y la secuenciación del material genético, además de verificar los resultados múltiples veces, los investigadores reconocieron que estaban ante una nueva especie.
“Este trabajo nos tomó seis años, con visitas a museos, exploraciones a sitios de reproducción, trabajo de laboratorio y cientos de horas de análisis de datos”, agrega el investigador de la UST.
Cabe destacar que la investigación fue publicada en un artículo de la revista especializada en zoología y taxonomía, ZOOTAXA, y contó con la participación de científicos nacionales y extranjeros.
En búsqueda del nido de las golondrinas
Si bien la golondrina de mar andina posee una estructura similar a las otras tres especies del grupo Oceanites, reconocidas por ser pequeñas y redondeadas, esta ave mantiene ciertas diferencias relacionadas a las alas, colas y tarso.
“Tiene el vientre blanquecino, pero no tan blanco como en su especie hermana O. pincoyae, u otras similares como O. galapagoensis y O.gracilis. Además, presenta una doble línea pálida en la parte interior del ala. La forma más efectiva de diferenciarla será a través de su distribución reproductiva que se concentra en la corriente de Humboldt y, por supuesto, genéticamente”, comenta Norambuena.
Con respecto a investigaciones futuras, Norambuena asegura tener como uno de sus principales desafíos el encontrar los sitios de reproducción de esta nueva especie. Sobre ello, comenta tener claridad de las fechas y localidades de caída de las golondrinas adultas y juveniles durante la época reproductiva, sin embargo, todavía necesita encontrar sus nidos.
“Sabemos que utilizan cavidades naturales en salientes rocosas, pero la cordillera es tan amplia que es difícil llegar al punto exacto. Este año equiparemos algunos ejemplares con GPS para que, a través de esta tecnología, podamos dar con el sitio de reproducción de estas aves marinas”, explica el investigador.
En tanto, el investigador UST espera abordar en detalle el proceso de especiación que llevó a las golondrinas de mar andina colonizar sitios diversos, como islas, desiertos y cordilleras.
“Para eso utilizaré información genómica que me permita reconstruir estos procesos. La nueva especie está dedicada a Rafael Barros Valenzuela (1890–1972) uno de los ornitólogos más relevantes de Chile y quien colectó en Río Blanco los primeros especímenes que hoy describimos como Oceanites barrosi, hace exactamente 100 años”, agrega.