Los grandes supermercados deben cobrar a sus clientes al menos 0.10 nuevos shekels israelíes (aproximadamente $US 0.03) por cada bolsa, y tienen la obligación de mostrar el costo de las bolsas en la factura del cliente. Además, los supermercados deben informar al gobierno el número de bolsas distribuidas y el dinero recaudado con ellas se utiliza para financiar proyectos que reducen la contaminación del aire en todo el país.
Adicionalmente, parte del dinero recaudado se utiliza para crear conciencia sobre la nueva ley y para apoyar a los fabricantes con el fin de que puedan ajustar sus operaciones para cumplir con la legislación.
Con estas prácticas, ha disminuido el consumo de bolsas plásticas en un 80% en tan sólo 12 meses. «A modo de comparación, una tasa de reducción del 80% en el uso de bolsas desechables en los grandes minoristas es el objetivo de la Unión Europea para 2020, para el cual se han otorgado cinco años de despliegue. Estoy orgulloso del público israelí que comprende la importancia de reducir el desperdicio de bolsas de plástico y cambió su comportamiento tan rápidamente», destacó MK Zeev Elkin, ministro de Protección Medioambiental de Israel.
Los expertos señalan que algo clave que explica este éxito fue establecer un Plan de Acción Nacional sobre consumo y producción sostenible, el cual tuvo gran relevancia en el diseño de medidas de las políticas.