Gerente de Eco3R: “Los consumidores tenemos en nuestras manos el poder de decisión sobre el futuro de las bolsas plásticas”

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CodeXverde: El ministro del Medio Ambiente, Pablo Badenier, parlamentarios y alcaldes se reunieron en Pucón a fines de enero para analizar la reducción del uso de bolsas plásticas en el comercio. Esta “cumbre” respondió a un creciente interés de la sociedad por controlar los impactos de nuestras actividades cotidianas sobre el ambiente.

Sobre las implicancias de este proceso conversamos con Mónica Solorza, gerente general de la empresa Eco 3R, que desde hace más de 10 años confecciona bolsas de algodón, una opción que reemplaza muchas de las aplicaciones que hoy damos a las bolsas plásticas.

¿Cómo evalúa el interés de diversas municipalidades del país por eliminar las bolsas plásticas que entrega el comercio?

Es la legítima manifestación de la voz ciudadana que hace eco en los alcaldes; ocupados de  atender el bienestar de la comunidad se ven comprometidos a considerar nuevos enfoques de gestión de los recursos naturales, la conservación del entorno, el desarrollo sustentable y la minimización de impactos negativos por las actividades humanas.

Resulta ser una muestra del esfuerzo individual llevado al plano comunitario, en que el bienestar y la calidad de vida son el objetivo. Para ello se debe realizar un esfuerzo de modificar costumbres basadas en el consumo responsable de un artículo con tan poca vida útil como lo es una bolsa plástica.

eco3rLa bolsa plástica en el comercio está asociada a una forma de consumo. ¿De qué manera la educación es un factor que puede ayudar a cambiar hábitos y elegir productos de menor impacto?

La bolsa plástica es la representación del estilo de vida de lo desechable: consumir y usar bienes de un solo uso para después tirar. En las últimas décadas ha cambiado la manera en cómo compramos, cómo consumimos, y cómo desechamos.  En el plano educativo y de capacitación; echar un vistazo al pasado nos puede dar idea de cómo hemos cambiado.

La comodidad ha sido el primer factor que detona la incorporación de nuevos artículos y costumbres; ese aparente bienestar provoca que se utilicen artículos como la bolsa plástica; que de forma evidente ha generado más problemas que beneficios. Los impactos negativos además se acumulan; ya que la bolsa plástica no se degrada; y por lo tanto genera una presión enorme sobre el entorno. Se dispersan y afectan la flora, la fauna, el agua y el suelo.

Por lo tanto, nosotros, los consumidores, tenemos en nuestras manos el poder de decisión y la voluntad para cambiar los hábitos que en algún momento creímos eran inofensivos. La elección de una bolsa reutilizable hecha con materiales muy resistentes como el algodón; nos ofrece la posibilidad de usar una bolsa una y otra vez. Y en cada uso; por lo menos una bolsa de plástico menos.

En una encuesta hecha en Santiago el 87% se pronunció por restringir el uso de bolsas no biodegradables ¿Cómo se puede llevar este interés a la práctica?

En mi experiencia, me he dado cuenta que a pesar de que no existe a la fecha el marco legal que regule la bolsa plástica en el comercio, o que no exista una norma que describa las propiedades de las bolsas que existen en el mercado, existe un interés generalizado en la población por iniciativas como las de Pucón o Punta Arenas, para regular la entrega de bolsas en el comercio.

Es un tema que no les es indiferente a la gente, y eso significa que el ciudadano es muy receptivo debido a que son asuntos que están relacionados con el bienestar y la salud. Llevar a la práctica una campaña masiva de información, me parece que tendría un impacto enorme, siempre y cuando ésta sea imparcial y con bases técnicas. No todas las bolsas reutilizables están hechas de los mismos materiales. No todas las bolsas reutilizables tienen la misma duración y el uso de algunas de ellas, genera el mismo tipo de problema: residuos que no tienen un plan de manejo o gestión una vez que ha llegado el fin de su vida útil.

¿Han ido cambiando las empresas en cuanto a entregar sus productos en bolsas de menor impacto ambiental?

Las empresas se han dado cuenta que entregar un producto desechable resulta contraproducente. Si el producto termina en la basura a los quince minutos de haberlo entregado; se pierde totalmente el objetivo. Una bolsa de otros materiales, como el TNT (telas no tejidas, hechas también de plástico), comenzará a romperse a los tres meses. En cambio un producto duradero estará en manos del cliente final y será utilizada una y otra vez, generando un impacto a largo plazo con un mensaje ambiental implícito.

La industria del plástico también ha buscado espacios para reducir el impacto de sus productos, ofreciendo bolsas biodegradables o de telas no tejidas -de similar impacto, pero más durables. ¿Cuáles son las ventajas de las bolsas de algodón con respecto a estos productos?

Una vez que se inició en Chile el movimiento por establecer ordenanzas municipales para regular la bolsa plástica, se inició un efecto en cadena haciendo que diversos municipios al sur del país siguieran los mismos pasos. El efecto fue de tal magnitud que la industria del plástico tuvo que tomar acciones que le permitieran mostrarse frente al público como una industria preocupada por los temas ambientales, con la finalidad de que la bolsa plástica no perdiere vigencia.

Es importante resaltar que ni la autoridad ni la industria del plástico se han pronunciado por establecer el plan de manejo para los residuos generados por el uso de la bolsa de plástico reutilizable.

La opción confeccionada en algodón ofrece versatilidad, durabilidad y estética. Existen diversas técnicas de reciclaje para tela, sin mencionar que además es biodegradable. El proceso de confección de los productos Eco3R se realiza en Santiago, generando empleo local y contribuyendo al desarrollo regional.