Deforestación en la Amazonía estaría llegando a un punto de no retorno

Investigadores señalan que este índice ya se encuentra cerca del 17% y que de llegar al 20% de su área original provocaría grandes problemas para el ecosistema local que se nutre de la humedad en el aire. Esto tendría gran incidencia en el bienestar humano y animal.

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Imagen aérea del Estado de Rondônia en Brasil.

Si la deforestación en la Amazonía supera el 20% de su área original, se llegaría a un punto de no retorno en cuanto a la recuperación de dicha zona, indican los investigadores Thomas Lovejoy y Carlos Nobre, dos reconocidos biólogos de la Fundación de las Naciones Unidas.

Los expertos expresaron su preocupación en un editorial de la revista Science Advances. En la publicación aseguraron que la deforestación de la Amazonía ha alcanzado cerca del 17% de su vegetación en los últimos 50 años, y que el límite del 20% sería llegar al abismo climático.

El Amazonas produce aproximadamente la mitad de su propia precipitación al reciclar la humedad a medida que el aire se mueve desde el Atlántico, a través de Sudamérica y hacia el oeste. Esta humedad es importante para alimentar el ciclo del agua de la Tierra de manera más amplia. En consecuencia, tiene incidencia en el bienestar humano, la agricultura, las estaciones secas y el comportamiento de la lluvia en muchos países de Sudamérica.

Recientemente, factores como el cambio climático, la deforestación y el uso generalizado del fuego han influido en el ciclo natural del agua en esta región, agregaron los biólogos. Los estudios apuntan que las interacciones negativas entre estos factores significan que el sistema amazónico cambiará a no forestal en el este, sur y centro de la Amazonía, si la deforestación alcanza niveles que impactan entre el 20% y el 25% de la región.

De hecho, según los expertos, la gravedad de las sequías de 2005, 2010 y 2015 podría representar los primeros destellos de este punto de inflexión ecológica. Estos eventos, junto con las fuertes inundaciones de 2009, 2012 y 2014, sugieren que todo el sistema está oscilando.

Además, los factores de gran escala, como las temperaturas de la superficie del mar más cálidas sobre el Atlántico norte tropical, también parecen estar asociados con los cambios en la tierra. Es por estos motivos que Lovejoy y Nobre exigieron en su escrito que se contenga el área deforestada por debajo del 20% de la superficie original para evitar que se llegue a un punto de no retorno en la capacidad regenerativa de esta importante región.

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