Este 1 de septiembre comienza una nueva veda de la merluza común o merluza chilena (Merluccius gayi gayi), la cual prohíbe la captura, comercialización y consumo de este pescado fresco. La medida se extiende durante todo el mes con el objetivo de contribuir a la recuperación de esta pesquería, actualmente en estado de sobreexplotación.
Junto con hacer un llamado a respetar la veda, WWF Chile presentó una serie de propuestas en el marco de su campaña #LargaVedaALaMerluza, con el fin de avanzar en forma más decidida en la protección de la merluza común, con la meta de convertirla en una pesquería sustentable.
Una de las principales medidas que la organización de conservación está promoviendo es la extensión de la veda de uno a dos meses, entre el 15 de agosto y el 15 de octubre de cada año, hasta que se registren signos claros y permanentes de recuperación de los stocks. Esto, siempre acompañado de un plan de contingencia que ayude a mitigar el impacto económico y social que tendrá el ampliar el periodo de prohibición.
“Con esta veda ampliada se abarcaría gran parte del periodo reproductivo de la merluza chilena y, avanzando paralelamente en el control de la pesca ilegal y estableciendo cuotas constantes en el rango mínimo recomendado, estimamos quese podría sacar este recurso pesquero de la sobreexplotación en un plazo de ocho años, y no en veinte, como ocurriría si seguimos con la veda únicamente en septiembre”, explicó Valesca Montes, coordinadora de Pesquerías Sustentables de WWF Chile.
Otras propuestas presentadas, y que se espera también sean recogidas por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca), el Comité de Manejo y el Comité Científico Técnico de la merluza son el aumento de los recursos para fiscalización en todos los eslabones de la cadena pesquera y también mayor financiamiento para investigación y monitoreo de la pesquería. Además, WWF Chile llama a una prohibición gradual de la pesca de arrastre para la merluza común, comenzando por aquellas zonas más críticas y donde el impacto de esta práctica es más nocivo, como ocurre en las primeras cinco millas marítimas.
“El mundo está cambiando rápidamente, y así como se han logrado amplios consensos para decirle no al carbón y a la contaminación plástica, el país necesita que la industria pesquera abandone el arrastre, un arte de pesca que destruye los fondos marinos y es muy nocivo por su baja selectividad. En este punto queremos ser muy claros: prohibir la pesca de arrastre en forma gradual no es terminar con la industria pesquera y sus fuentes laborales, sino que implica proteger nuestros ecosistemas marinos y garantizar la sustentabilidad de esta actividad económica. Incluso en las reuniones previas a la cumbre APEC los países han enfatizado la necesidad de avanzar hacia una economía azul, que implica cambiar la forma en que manejamos nuestros recursos pesqueros y minimizar los impactos ante el avance del cambio climático ”, enfatizó la representante de WWF Chile.
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