Hoy fue publicado el Plan de Manejo Integrado (PMI) de las Áreas Marinas Protegidas (AMP) de Rapa Nui en el Diario Oficial. Este documento es una verdadera hoja de ruta para la gestión ambiental de la isla, considerando un enfoque biocultural para su creación.
¿Qué propone este PMI? El plan abarca las dos AMP de la isla: el Parque Nacional Motu Motiro Hiva, declarado en 2010, que cuenta con 150.000 km², y el Área de Conservación de Múltiples Usos Rapa Nui, declarada en 2018, que posee una extensión de 720.000 km². Ambos protegerán uno de los ecosistemas marinos más biodiversos y culturalmente valiosos del planeta, incluyendo especies como el atún de aleta amarilla, tiburones oceánicos, tortugas marinas y corales de aguas profundas.
“Este plan es el resultado de un trabajo profundo, colectivo y respetuoso con la cosmovisión del pueblo Rapa Nui”, señaló la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas. “Fortalece su soberanía sobre el mar y se alinea con compromisos internacionales como el 30×30 y el Acuerdo BBNJ”, agregó.
Entre las principales acciones contempladas en el PMI se incluyen, por ejemplo, el monitoreo biocultural que integra conocimiento ancestral y ciencia; la regulación de la pesca artesanal con énfasis en prácticas tradicionales como el uso del anzuelo «pa»; la protección de especies emblemáticas; la educación ambiental en escuelas y el turismo; y patrullajes de la Armada, apoyados por la comunidad, para evitar la pesca ilegal. También se reintroducen sistemas ancestrales como el Tapu (prohibiciones temporales) y el Rahui (vedas estacionales) como herramientas de conservación.
El PMI también reconoce la importancia del turismo sustentable y propone límites de visitantes y estándares ambientales para operadores. Además, establece una gobernanza robusta, liderada por la Mesa del Mar (el Koro Nui o Te Vaikava), el órgano comunitario de administración conjunta, con apoyo técnico y financiero del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP).
Para su creación, más de 20 instituciones participaron en el proceso de elaboración, entre ellas el Ministerio del Medio Ambiente, la Subsecretaría de Pesca (Subpesca), CONAF, la Armada de Chile, la comunidad Rapa Nui, universidades, ONGs internacionales como TNC, PEW, WWF, y Blue Nature Alliance, y el centro científico ESMOI de la Universidad Católica del Norte.
Además, se trata del primer instrumento de este tipo en estar en plena vigencia bajo la Ley N° 21.600, que creó el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP), posicionando a Chile como líder regional en conservación marina, ofreciendo al mundo un ejemplo concreto de cómo el conocimiento ancestral y la ciencia pueden colaborar para proteger territorios de altísimo valor ecológico y cultural.