Presentan informe sobre meta de reducción de emisiones de carbono negro para Chile

“Mitigación de Carbono Negro en la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada de Chile” se llama el estudio realizado por la oficina de cambio climático del MMA junto al Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2.

La Oficina de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, junto al Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2, acaban de lanzar el informe “Mitigación de Carbono Negro en la actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada de Chile”, instrumento que busca contribuir en el fortalecimiento de la interfaz entre la ciencia y el desarrollo de políticas públicas.

La herramienta surge en el contexto del Acuerdo de París y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, donde Chile ha debido revisar su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC, por sus siglas en inglés). Es para ésto que el (CR)2 apoyó al MMA en el diseño, evaluación y justificación del informe, mediante la implementación de un enfoque metodológico, de una meta de reducción cuantificada de carbono negro, integrable y consistente con la meta de reducción de gases de efecto invernadero (GEI).

Jenny Mager, encargada de mitigación e inventarios de la oficina de Cambio Climático del MMA, señala que estos informes se vinculan a la necesidad de generar unas NDC para Chile aún más ambiciosas, esto debido a que “potenciar el compromiso de Chile con el Acuerdo de París, incluyendo un compromiso de carbono negro, no sólo significa y demuestra el interés en la incorporación de la ciencia en la toma de decisiones, sino también releva la importancia que tiene la vinculación de las políticas locales con las políticas internacionales”.

Por otro lado, para Laura Gallardo, directora de la iniciativa e investigadora principal de la línea de ciudades resilentes del (CR)2, y además académica del departamento de geofísica de la Universidad de Chile, hay una deuda pendiente en cuanto a abrir la discusión e iniciar la acción climática en los espacios urbanos de Chile. “En particular, la inclusión de una meta cuantitativa al 2030 de reducción de carbono negro nos permite bajar nuestra huella climática y abordar mejor uno de los problemas más apremiantes de Chile: la pobreza energética y la inequidad ambiental” explicó.

“También está el desafío de contar con inventarios nacionales de alta resolución para calidad de aire, incluyendo carbono negro y precursores de ozono que satisfagan las condiciones de transparencia, corrección, completitud y comparabilidad, y por último, una mejor coordinación entre los instrumentos de gestión de calidad de aire y de gestión climática” concluyó la directora del proyecto.

Junto al documento final, se encuentra disponible un resumen que resalta los aspectos metodológicos y los resultados más importantes del estudio. Este material se complementa con un informe extendido y anexos que detallan la información e interacción entre el grupo ejecutor y el mandante.

Para ver el documento y el informe extendido haz clic aquí.

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