Organizaciones solicitan investigar fracaso en protección de Gran Barrera de Coral

El mayor arrecife de coral del mundo comenzó su deterioro en los años 90 por el impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.

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Organizaciones ambientalistas han pedido a la Unesco que abra una investigación sobre la posible negligencia del gobierno de Australia en la protección de la Gran Barrera de Coral, el mayor sistema coralino del mundo y situado en el noreste del país oceánico.

La solicitud, anunciada hoy por la Sociedad de Vida Salvaje, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), la Fundación Australiana para la Conservación y la Sociedad Australiana de Conservación Marina, denuncia la deforestación del arrecife coralino.

“El Gobierno de (primer ministro australiano, Malcolm) Turnbull asegura que trabaja duro para salvar a la Gran Barrera, pero hace poco contra las grandes amenazas que afronta”, señaló el director de Wilderness Society, Lyndon Schneiders, en un comunicado.

La reclamación fue presentada el domingo durante la sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), celebrada en Baréin.

La deforestación acelera el corrimiento de sedimentos y nutrientes en las aguas de la Gran Barrera de Coral, lo que puede provocar que se bloquee la luz que necesitan los corales para crecer, denuncian las ONG.

El director ejecutivo de la filial australiana de WWF, Dermot O’Gorman, alertó de la futura desaparición de la Gran Barrera si el Gobierno de Australia incumple con sus compromisos adquiridos ante la Unesco y pidió que “adopte medidas más firmes contra el cambio climático”.

Según cifras de los grupos ecologistas, unas 36.600 hectáreas de bosques primarios quedarán arrasadas en las cuencas de la Gran Barrera, declarad Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, a raíz de unos permisos de “agricultura de alto valor” emitidos por la anterior administración del estado australiano de Queensland.

Permisos que las actuales autoridades locales no puede anular con carácter retroactivo, aunque sí podría ser derogado por el Gobierno central de Australia.

“El Gobierno australiano ha admitido que tiene el poder y la responsabilidad de controlar la deforestación en las cuencas de la Gran Barrera. Sin embargo, ha fracasado en aplicar la Ley de Conservación de la Diversidad y Protección Ambiental para prevenir la tala en las cuencas de la Gran Barrera”, apunta el texto.

La Gran Barrera, hogar de 400 tipos de coral, 1.500 especies de peces y 4.000 variedades de moluscos, aporta anualmente unos 6.400 millones de dólares locales (4.852 millones de dólares) a las economías de Australia y de Queensland.

El mayor arrecife de coral del mundo comenzó a deteriorarse en la década de 1990 por el doble impacto del calentamiento del agua del mar y el aumento de su acidez por la mayor presencia de dióxido de carbono en la atmósfera.

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