A pesar de la importancia del océano y su papel crucial en la regulación del clima, la biodiversidad y otros aspectos fundamentales en la vida de nuestro planeta, gran parte de sus profundidades sigue siendo un misterio para la ciencia. Aproximadamente el 80% de las aguas profundas del océano aún no ha sido explorado y mapeado detalladamente.
En este contexto, Maximiliano Bello, médico veterinario de la Universidad Católica de Temuco y experto en políticas oceánicas internacionales, en entrevista con Codexverde, reflexionó sobre los peligros de ese desconocimiento y cómo afecta específicamente a los bosques de algas.
“Según los científicos, la principal amenaza del océano es la pérdida de biodiversidad, la cual está ligada directamente a la sobrepesca, que a su vez está ligada a la pesca industrial (…). Pero, creo que al final todo se resume en una gran amenaza, que es nuestra ignorancia respecto a la importancia del océano”.
Salmonicultura y sus desechos
Bello, quien es la mano derecha de Sylvia Earle, la científica marina más importante del planeta, sostiene que los desechos de las salmoneras son uno de los grandes peligros para estos entornos y el medio ambiente, y aunque algunos tratan de minimizar dando como argumento la importancia socioeconómica para los territorios, esta no deja de ser perjudicial.
En ese contexto, según el experto, se busca al menos que la salmonicultura salga de las áreas protegidas, en donde además existe una grave incompatibilidad.
“No puedes tener una industria que es altamente impactante en un lugar donde tus objetivos son la conservación. O sea, estás tratando de proteger algo y por otro lado estás poniendo lo que lo destruye. No tiene ningún sentido, incluso en términos de inversión, porque si vas a invertir en proteger este lugar y le pones encima algo que lo va a matar. Se está gastando la plata del Estado en una cosa que va hacia un lugar y la otra que va hacia el otro lugar, y que chocan”.
Bosques submarinos
Chile tiene aproximadamente el 40% del océano protegido. Sin embargo, hay ecosistemas que están fuertemente perjudicados y de los cuales no existe mucho conocimiento. Uno de estos casos lo encontramos en los bosques submarinos de la Patagonia chilena, los cuales corresponden a los más grandes del mundo.
Los bosques de algas son ecosistemas submarinos formados por una gran densidad de algas, los cuales son relativamente raros en el mundo, pero se pueden encontrar en algunas partes de Gran Bretaña, Norteamérica, el norte de Europa, Tasmania, Sudáfrica y Chile.
Además de ser los mayores capturadores de carbono, estos tienen propiedades provechosas: no solamente mantienen o disminuyen la energía de las olas (manteniendo la estructura de las costas), sino que también tienen la capacidad de detener el proceso de la acidificación. Es decir, modelan la acidez del mar, lo cual resguarda las especies de los impactos del cambio climático.
Teniendo todas estas características, que probablemente son una de las soluciones más importantes que existen para combatir el cambio climático, Bello explica que lo que se busca es que evitar la extracción masiva de algas en la Patagonia, tal como ya está sucediendo en ciudades y localidades costeras de Chile.
Carencia de fiscalización
China es el principal comprador del alginato, el cual se utiliza como materia prima para producir el maquillaje, y del que Chile se ha transformado en su principal exportador del planeta, lo que ha llevado a una destrucción realmente impactante.
Los bosques de algas de la Patagonia están principalmente dominados por el huiro flotador, pero también conserva otras especies que están siendo sobreexplotadas como el huiro negro. Si bien su extracción es legal, existe una falta de fiscalización, por lo tanto la mayor parte de la extracción termina siendo ilegal.
“El Estado no tiene las capacidades, no tiene los recursos, y se continúa en una explotación indiscriminada que realmente va a ser un desastre ecológico tremendo. Entonces hay un problema grave que ha generado el mismo Estado respecto de seguir incentivando la extracción”.
¿Bucear por los bosques de algas?
En abril de este año, Mission Blue y Fundación Patagonia Azul, organizaciones en las que participa activamente Max Bello, llevaron a cabo una expedición a los canales patagónicos, de la cual Bello cuenta que tuvo la oportunidad de compartir la experiencia junto a la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas.
“Estuvo buceando con nosotros. Queríamos mostrarle los bosques de algas, porque es diferente cuando te lo cuentan que cuando lo ves. Fuimos encontrando distintas especies de caracoles, de crustáceos, de cangrejos, y abajo del bosque estaba lleno de erizos y de locos”.
El ecoturismo en Chile es una actividad que poco a poco ha ido creciendo y que ofrece a los visitantes la oportunidad de experimentar la belleza natural del país de una manera sostenible.
Dentro de esto está el buceo, y aquí es donde nace la idea de desarrollar esta actividad en lugares donde haya bosques submarinos, lo que les podría dar más protección, ya que sería conocido por más personas y aumentaría su reconocimiento en la opinión pública.
“Hay una oportunidad tremenda para Chile de poder hacer ese tipo de cosas. A medida que vamos desarrollando, descubriendo, y que les vamos poniendo atención. Pero eso también requiere interés del Estado”.
Papel de las ONGS
“Aquí hay un rol importantísimo que lo juegan y lo han jugado organizaciones de la sociedad civil que se han conformado por ciudadanos de Chile o de otros países. Por ejemplo en lo de Humboldt, donde ellos en el fondo llamaron a las ONGS, donde participamos nosotros como Misión Blue y otros muchos. Pero en el fondo fue la comunidad misma como tal, ellos fueron los que los que estaban organizados”, concluye Maximiliano.
Las organizaciones tienen un papel clave para llevar una contabilidad de lo que está haciendo el sector público y el sector privado, actuando muchas veces en representación de la sociedad.