Por Rubén Verdugo, superintendente del Medio Ambiente (S).
El tema de los olores en general constituye un problema medio ambiental de alta sensibilidad en la población, particularmente por las molestias generadas a partir de la exposición a compuestos que caen dentro de la categorización de olores molestos. En esta línea, es que la SMA recibe anualmente un número importante de denuncias asociadas a esta percepción.
En este escenario es que la acción de fiscalización releva algunos desafíos importantes, el primero de ellos tiene relación con la necesidad de establecer o vincular la presencia de olores a una fuente en particular, la segunda dice relación con la oportunidad de la acción fiscalizadora para determinar la percepción o no de estos olores en los lugares en los cuales ha sido denunciados. En tercer lugar, la necesidad de hacer uso de las metodologías óptimas para lograr, cuando corresponde, una adecuada calificación y cuantificación de los compuestos que han o están generado la percepción de olores. Por último, el desafío final significa tratar de establecer la comparación de lo obtenido en terreno versus los distintos estándares referenciales asociados a estos compuestos, de tal modo de observar el adecuado cumplimiento o no de algunos compromisos medio ambientales suscritos para el desarrollo de un proyecto.
Algunos de estos desafíos chocan con la realidad asociada a este tema en particular. No es desconocido que a nivel nacional no existe una norma o estándar de calidad que nos permita establecer niveles de cumplimiento. Sin perjuicio de lo anterior, el Ministerio del Medio Ambiente se encuentra trabajando en la generación de una norma para el tema de olores, pensando en rubros productivos específicos. Sin bien es cierto que algunos proyectos cuentan con resoluciones de calificación ambiental (RCA) que establecen grados de cumplimiento respecto al manejo de olores, no es menos cierto que un número importante de ellos no tienen dicho compromiso. Sin embargo, es importante destacar que el tema de los olores dice relación en su gran mayoría con manejos operacionales inadecuados, el cual constituye la fuente principal de estos olores.
La oportunidad de la acción fiscalizadora debe ser abordada por medio del uso de sensores remotos, los cuales, están permitiendo caracterizar objetivamente el o los compuestos que generan esta percepción. La SMA se encuentra haciendo uso de ellos en casos icónicos a nivel nacional.
No obstante lo anterior, y aun cuando se controlen todas las variables planteadas en los desafíos, el más importante de todos es el uso de la herramienta de ordenamiento territorial que permita dar sentido y orientación a la adecuada y necesaria convivencia entre procesos productivos y comunidades.