El cultivo del maíz, que es un rubro tradicional en la Región de O´Higgins, con cerca de 54 mil hectáreas sembradas en la temporada 2014-2015, produce una gran cantidad de materia orgánica o biomasa aérea, de la cual sólo comercialmente como grano se aprovecha un 50 por ciento. El resto lo constituyen cañas, hojas y corontas, entre otras, que luego de la cosecha del grano quedan esparcidas en el predio, y que por su lenta y difícil descomposición, dificultan los trabajos de laboreo del suelo, como la siembra de un próximo cultivo.
Es por esta razón los agricultores tradicionalmente han optado por eliminar los residuos a través de quemas agrícolas, deteriorando, por un lado la calidad física, química y biológica de los suelos, dañando su fertilidad, y consecuentemente su productividad y por otro lado daña la calidad del aire por la emisión de contaminantes a la atmósfera.
Manejo de rastrojo
Ante esta situación el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia), a través de su Centro Regional, Inia Rayentué, está ejecutando un proyecto que tiene como objetivo difundir y evaluar alternativas que permitan aminorar la práctica de quema de rastrojos de maíz, de manera que se reduzca la contaminación ambiental y la destrucción progresiva de los suelos. El proyecto cuenta con el financiamiento del Fondo de Innovación para la Competitividad, FIC-R.
Carrasco agregó que “en el proyecto se realizarán trabajos de investigación orientados a mejorar el nivel productivo del cultivo de maíz en los agricultores de la región, entregando conocimientos de las tecnologías de manejo mecanizado de los rastrojos, que incluye el picado y triturado de ellos, para una posterior incorporación al suelo”.
En este trabajo, según explicó el investigador, se incluirá, además, la búsqueda de tecnologías para la producción de pellets para alimentación animal y de briquetas como elemento para combustión.