Actualmente Chile hace un gran esfuerzo para convertirse en uno de los primeros países en ser carbono neutral al 2050. Desde una mirada macro, este ejercicio brindaría enormes beneficios para el país, y seguramente lo convertirá en un ejemplo para toda la región, pero ¿las empresas saben concretamente cómo lograrlo?
Se debe tener en cuenta que una de las alternativas más prometedoras en el proceso de descarbonización es la implementación de hidrógeno verde como fuente de energía limpia, es decir, sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera. En este sentido, y como avance en la materia, Chile cuenta con una Estrategia de Hidrógeno Verde con la cual espera: contar con 5GW de capacidad de electrólisis en desarrollo al 2025; producir el hidrógeno verde más económico en el año 2030, y estar entre los 3 principales exportadores para 2040.
Sin embargo, alcanzar estos objetivos no será posible sin la unión del sector público y privado, ya que la meta promueve un alcance nacional. Es aquí donde se vuelve indispensable que las empresas sepan cómo actuar frente a este escenario, lo que implica necesariamente precisar los pasos a seguir para migrar hacia el uso de energías limpias u otras tecnologías que permitan implementar el hidrógeno verde como fuente directa o indirecta.
Para esto, una de las opciones que vemos viable por la claridad metodológica que hemos desarrollado, es establecer hojas de ruta que permitan a las empresas identificar, evaluar y proyectar cuál tecnología de descarbonización sería la más conveniente en términos de factibilidad de implementación, obtención del recurso, costos, entre otros factores clave, tendiendo en cuenta que, por más conciso que sea el plan, debe incorporar cierto grado de adaptabilidad a los cambios en momentos puntuales, a fin de revisar en detalle el avance y tomar decisiones oportunas a tiempo en caso de que fuese necesario.
Otro factor fundamental es evaluar el panorama regulatorio por el que se rige el país. En este tipo de proyectos, no basta solo con tener la intención de aportar a la mitigación del cambio climático con las mejores alternativas disponibles, sino que los gobiernos deben estar conscientes de la importancia de legislar al respecto, para así tener un marco legal a la altura de estos desafíos.
La Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde establece distintos lineamientos para alcanzar las metas establecidas en colaboración de ambos sectores (público y privado). En este sentido, dado que el hidrógeno verde está siendo implementado por proyectos piloto en el país, la ventana de posibilidades para evaluar las mejores alternativas para las industrias es realmente grande, asegurando siempre el cumplimiento del marco legal vigente.
Así, implementar hojas de ruta permitirá reunir y analizar detenidamente todos los detalles necesarios para alcanzar con éxito la meta de descarbonización y la implementación de forma efectiva de la estrategia de Hidrógeno Verde. Para esto, empresas como Black & Veatch, que tiene presencia en Chile desde 1993 y ha desarrollado más de 350 proyectos de infraestructura en energía, agua, petróleo, gas y telecomunicaciones en nueve países de América del Sur, apoyan con sus servicios y know how al desarrollo de estas estrategias especialmente diseñadas según las características de cada empresa, para que logren alcanzar con éxito las metas planeadas.
