Hallan por primera vez fósiles de flora de origen antártico en Sudamérica

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El pasado jueves se presentaron los hallazgos de la última expedición paleontológica al sector de Cerro Guido-Las Chinas, provincia de Última Esperanza, que permiten reconstruir de modo más completo el final de la Era de los Dinosaurios, hace más de 60 millones de años. En este sentido, el descubrimiento de fósiles de flora antártica, del género Nothofagus, permiten afirmar con mayor certidumbre la existencia de un puente terrestre entre el Continente Blanco y Sudamérica en esa época, que habría permitido el libre paso de fauna y flora hacia esta región continental.

La diversidad de flora fósil encontrada, principalmente representada en impresiones de hojas, se ha duplicado en el presente año, elevando su número a no menos de 40 formas diferentes. Según el investigador Marcelo Leppe, “la concentración inusual de ambientes, la alta diversidad de flora y fauna, así como la excelente preservación de los fósiles, convierten a esta localidad en una de las cinco más importantes de Sudamérica para fines de la Era de los Dinosaurios”.

Por otro lado, se ha constatado que la diversidad de vertebrados fósiles es mayor a la estimada originalmente. Este año se suman a los ya descubiertos saurópodos y hadrosaurios, otros reptiles, entre los que destacan plesiosaurios y mosasaurios.

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Hoja de dicotiledónea

Esta expedición fue organizada por el Instituto Antártico Chileno (INACH) en colaboración con científicos de la Universidad de Chile, de Heidelberg (Alemania), de UNISINOS (Brasil) y del Museo de Historia Natural de Karlsruhe (Alemania), y contó además con estudiantes de pre y posgrado de las universidades Andrés Bello, de Concepción, de Chile, Católica de Valparaíso y de Magallanes, en total 25 personas que trabajaron entre el 16 de febrero y el 3 de marzo.

Más frío que el pensado

El complejo Cerro Guido-Las Chinas encuentra plasmados en sus rocas distintos ambientes del momento en que el dominio de los dinosaurios comenzó a apagarse. Es posible observar ambientes marinos profundos (correspondientes al Campaniano, de 83 a 72 millones de años) con invertebrados y reptiles marinos, a costeros y continentales con ríos y lagunas (correspondientes al Maastrichtiano, de 72 a 66 millones de años).

En esta expedición los científicos han logrado constatar que existen cambios en la composición de la flora a través de los estratos del complejo Cerro Guido-Las Chinas, cambios que han condicionado la existencia de una fauna singular, encabezada por los dinosaurios.

Los estratos más jóvenes de la secuencia evidencian condiciones inusualmente más frías (así lo indican señales geoquímicas y una disminución en el tamaño promedio de las hojas fósiles), en el entendido de que el Cretácico es considerado un periodo invernadero y cálido, con concentraciones de CO2 varias veces superior a las actuales.

Esta localidad complementa la hipótesis generada durante los últimos años que sostiene que a fines del Cretácico (hace unos 66 millones de años) hubo un periodo frío que habría provocado la formación de hielo antártico y producido un gran descenso en los niveles del mar.

El frío puente que unió la Antártica con Sudamérica

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Marcelo Leppe y Katherine Cisterna (UNAB, palinóloga) analizan rocas continentales con Nothofagus.

Hace 80 millones de años, en la Antártica la flora era dominada por Nothofagus, género de plantas actualmente distribuido en Oceanía y Sudamérica. Este año se encontraron en Cerro Guido muchos elementos arbóreos y arbustivos agrupados en unos cinco niveles distintos. Estos niveles muestran una evolución desde bosques dominados por Sterculia, grupo característico de bosques más cálidos, hacia bosques más templados dominados por Nothofagus, en línea con la idea de un enfriamiento global.

“El hallazgo de una flora de origen antártico, por primera vez en Sudamérica, se correlacionaría con la posibilidad de que el descenso en el nivel del mar haya provocado la aparición de un puente terrestre entre Antártica y la Patagonia a fines de la Era de los Dinosaurios”, comenta Leppe, desplazando el origen de los bosques templados del sur de Sudamérica y de los ambientes subantárticos unos 20 millones de años más atrás de lo que se creía, es decir, hacia fines del Cretácico (hace 66 millones de años).

Esta expedición es una de las primeras acciones del proyecto “Paleogeographic patterns v/s climate change in South America and the Antarctic Peninsula during the latest Cretaceous: a possible explanation for the origin of the Austral biota?”, dirigido por el Dr. Marcelo Leppe y financiado por Fondecyt y con apoyo del INACH.

Los trabajos en Cerro Guido-Las Chinas están permitiendo ofrecer una variante más elaborada y atractiva al turismo de escenarios naturales desarrollado en la Patagonia chilena, mientras estamentos públicos y privados comienzan a reconocer en la clase mundial de los hallazgos, una oportunidad para reeducar en la historia de la conexión Sudamérica-Antártica, de proteger el patrimonio natural y a la vez progresar en el desarrollo de turismo científico.

Fuente: INACH

Fotografías: Elías Barticevic/INACH.