¿Está cerca la Región Metropolitana de vivir una Emergencia Ambiental luego de 16 años?

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En el invierno de 1999 se decretó por última vez un episodio de emergencia por contaminación ambiental en Santiago. Eran los tiempos de las mascarillas, del combustible de mala calidad que usaban las micros amarillas y salían a la calle los primeros automóviles con sello verde.

Este escenario de mala calidad del aire, que parecía olvidado, se podría repetir. Ayer, el gobierno afirmó que, de mantenerse las condiciones climáticas y el aumento de las emisiones del tráfico y la leña, podría decretarse una emergencia ambiental, la primera por material particulado fino (MP 2,5) en la Región Metropolitana, desde que el año pasado se declarara zona saturada por este agente.


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Según Marcelo Mena, subsecretario de Medio Ambiente, “las condiciones de ventilación que se avecinan son malas. Y si se mantienen las emisiones altas, es perfectamente posible que se llegue a una emergencia”. Esto fue ratificado por el intendente de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, quien explicó que “estamos con un problema de aire crítico, en preemergencia, y si no mejora la ventilación en Santiago y, por el contrario, empeora la contaminación, podríamos tener emergencia el día de mañana, por lo que el llamado es a tener conciencia”.

La advertencia de las autoridades se da a raíz a los pronósticos meteorológicos sobre el factor de ventilación: hasta el próximo viernes, se prevé que  oscilará entre “regular” y “malo”, lo que impide la dispersión del esmog. Por eso, se estima que el lunes podría desatarse la emergencia, debido a la recurrencia del fenómeno de la inversión térmica, que favorece la acumulación de la polución.

Medidas

Si se decreta una emergencia, se ampliarán las restricciones para los conductores: no podrán circular cuatro dígitos de autos catalíticos y ocho sin sello verde.  Según el seremi de  Transportes de la Región Metropolitana, Matías Salazar, “se restringe al 40% del parque automotor”, es decir, unos 680 mil vehículos -de 1,7 millones que hay en la capital- no podrían salir a la calle. En tanto,  las multas por no respetar la restricción, alcanzan los $ 65.600 (1,5 UTM).

Salazar agrega que con esta disposición disminuye el flujo vehicular, lo que lleva a que bajen las emisiones. Otro impacto de la restricción es que bajan los tiempos de viaje, pues los conductores prefieren el Metro o bien los buses del Transantiago.

Si rige la emergencia –que también obliga a paralizar a 2.773 fuentes fijas-,  se continuará con la aplicación del plan de ejes ambientales o vías exclusivas para el transporte público en las calles San Diego, San Pablo, Independencia y Los Leones.  

Salazar aclaró que, pese a que se han definido 23 tramos para aplicar restricciones, “por ahora queremos mantener los ejes que están operando porque la gente ya los conoce, entonces queremos consolidar eso y después implementar más. Además, detrás de cada vía exclusiva hay un desvío que hacer y eso implica que la gente lo conozca. Tiene que ser un proceso paulatino”.  

En tanto, ayer se constató el nivel de preemergencia en tres estaciones: Pudahuel, Quilicura y Cerro Navia. En esta última hubo 354 ICAP (Indice de Calidad de Aire por Partículas), el segundo más alto del  año. El 11 de junio pasado, tras el partido de Chile con Ecuador, se llegó a 363 unidades, lo que genera molestias, especialmente, en los turistas que visitan el país (ver recuadro).

Pese a este escenario, el gobierno apuesta a bajar los registros de esmog este fin de semana, al declarar episodios críticos en forma preventiva. “Eso ha dado resultados. El año pasado a esta fecha se habían registrado cinco premeergencias”, dijo el subsecretario Mena, explicando  que este año hay una menos.

Patricio Pérez, académico de la U. de Santiago, dice que “la ausencia de un sistema frontal que pueda despejar esta capa de esmog lleva a pensar que podría empeorar la condición desde el lunes”.

Fuente: La Tercera