ERNC en la agroindustria: La unión de dos sectores en problemas

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Entre proyectos que están con sus RCA aprobadas y otros que se encuentran en evaluación en el Seia, las ERNC acumulan 10.531 MW de potencia instalada, de los cuales sólo en 2012 ingresaron 6.351 MW.

 

Pese a esto, con un 5,34% de participación en el total de la matriz energética del país, las ERNC aún miran de lejos el desarrollo de las fuentes tradicionales de generación.

Una de las razones principales para esta ínfima participación, son las dificultades para lograr contratos de compra-venta (PPA) y, entonces, financiamiento. El Centro de Energías Renovables (CER) detectó que esta situación no sólo afecta a aquellas iniciativas que han sido aprobadas y que no cuentan con fondos para partir, sino que también a aquellos que ya están en obras.

 

La imposibilidad de generar el 100% del tiempo con ciertos tipos de ERNC ─fotovoltaica y  eólica principalmente ─, no les permite firmar contratos de abastecimiento con clientes libres, que necesitan la energía no sólo cuando hay sol o viento, sino que las 24 horas del día.

 

Como la situación no vislumbra luces de cambio, principalmente después que el gobierno le quitara el respaldo al proyecto 20/20, las empresas de generación de  ERNC han buscado nuevos nichos para su funcionamiento.

 

De esta forma se han unido a otro sector en problemas: la pequeña y mediana agricultura, la cual se ha visto amenazada por el alto costo de la electricidad. Desde 1998 el precio de este recurso ha subido 365% para los clientes regulados en el país, siendo la mayoría de estos agricultores pertenecientes a este grupo, lo que ha conllevado a que hayan perdido competitividad.

 

Así, las ERNC aparecen como una luz en el camino para este sector, ya que  además del evidente beneficio al medio ambiente que éstas otorgan, la transformación del sol, el agua, el viento y desechos orgánicos en energía significa bajar costos, lo que provocaría tener mayor estabilidad en el valor de un recurso de alto impacto en la producción.

 

Con la finalidad de consolidar esta “unión”, a mediados de enero, el ministro de Energía, Jorge Bunster, junto al ministro de Agricultura, Luis Mayol, firmaron un acuerdo orientado a promover el uso de estas energías en el sector pequeño y mediano agropecuario.

 

Este acuerdo ya ha tenido proyectos pilotos durante los últimos años, promovidos especialmente por el Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario (Indap) y el Fondo de Innovación Agraria (FIA), organismos que han licitado a empresas de generación de ERNC para que busquen e incorporen nuevas tecnologías aplicables a la pequeña agricultura chilena, como el bombeo de agua a través de paneles fotovoltaicos o la generación de biogás a partir de estiércol animal.

 

Desechos con energía

 

Según un estudio del Fondo de Innovación Agraria (FIA), en Chile, el potencial de generación de biogás —a partir de residuos orgánicos generados por la agricultura y agroindustria— es equivalente a una potencia eléctrica instalada de aproximadamente 258 MW. Dos tercios de esta energía provendrían de residuos orgánicos generados por planteles ganaderos.

 

Aún lejos de esa transformación de residuos orgánicos en electricidad, el FIA, dependiente del Ministerio de Agricultura, cofinanció junto a la empresa Kaiser Energía, la instalación de seis plantas pilotos de biogás para pequeños y medianos agricultores con el fin de generar energía térmica para autoconsumo, en una inversión cercana a los $120 millones.

 

Los beneficiados fueron seleccionados por Indap tomando en cuenta un estudio de Kaiser Energía  que señalaba las tenencias pecuarias apropiadas que permitiesen hacer un buen pronóstico de la operación de la planta.

 

El informe demostró que la cantidad mínima para instalar un biodigestor era de 300 kilos diarios de estiércol  animal─ que equivale a tener 10 vacas adultas─ a lo que se suman 500 litros de agua para hacer efectiva la generación del biogás.

 

Gonzalo Rojas, ingeniero de Kaiser Energía, señala que el tamaño de los biodigestores tuvo directa relación con los recursos que podían generar los campos de los agricultores. Ante ello, la empresa determinó que los biodigestores de polietileno rotomoldeado debían tener una capacidad de 40 m3.

 

Con esa mezcla de factores, cada estanque tiene capacidad de proveer entre 3 y 5 kilos de biogás al día, a partir de la cuarta semana desde la instalación del biodigestor. Según Rojas, la generación de biogás varía según el tipo de estiércol que es ingresado, ya que las heces de cerdo tienen mayores cualidades orgánicas para degradarse que las de bovino por ejemplo.

 

“Nuestras estimaciones dicen que en un año el agricultor que posee uno de estos biodigestores se puede ahorrar hasta un millón de pesos”, afirma Rojas.

 

Las plantas, que tiene un valor individual de $20 millones, fueron entregadas a fines de febrero a los agricultores en comodato por un año, y según el buen funcionamiento que éstos les den a las plantas, se les regalarán. De no cumplirse el requisito de buen uso, la empresa junto al FIA retirará el equipo y lo destinará a otro agricultor.

 

 

 

Programa Nacional de Bombeo Fotovoltaico

 

En 2012, el Indap  lanzó el  Programa Nacional de Bombeo Fotovoltaico, iniciativa que proyecta instalar en dos años, más de mil equipos de riego alimentados mediante paneles fotovoltaicos. El proyecto busca que pequeños agricultores puedan bombear agua a sus cultivos casi sin costo operativo,  además de no pagar un costo fijo por concepto de potencia instalada. Además, se independizarían de los cortes de energía que regularmente afectan a zonas rurales.

 

 

El programa, que comenzó a gestarse en 2011 en la Dirección Nacional de Indap, adjudicó a la empresa IEnergía (Visibility S.A.) la licitación de la instalación de los equipos, conformados por bombas alemanas Lorentz y paneles solares ZG Cells de células fotovoltaicas multicelulares.

 

Entre los requisitos para adjudicarse los equipos, los agricultores deben tener menos de 12 hectáreas de riego, y que su ingreso provenga principalmente de cultivos propios.

 

Para aquellos que ya tenían un sistema de riego instalado, un consultor de Indap es el encargado de definir qué presión y caudal necesitaba para alimentarlo. Si el agricultor no posee sistema de riego tecnificado, el consultor lo asesora para definir cuál es la mejor alternativa. En ambos casos, la institución determina el tipo de equipo o kit más adecuado.

 

Los beneficiarios sólo deben pagar el 10 % de los nuevos sistemas financiados (90% de subsidio). El kit 1 vale $1.719.000 (230 watts de potencia máxima), el kit 2, $2.486.000 (690) y el kit 3, $3.240.000 (1.380). Así, la inversión que deben realizar los agricultores oscila entre $170.000 y $324.000, sin considerar  montos destinados a instalar nuevos sistemas de riego y estructuras adicionales para colocar estanques.

 

Otro de los requisitos fundamentales para optar al proyecto es la de contar con una fuente de agua –pozo, noria, agua superficial- con derechos inscritos.

 

 

Sobre el primer año del proyecto, la subdirectora de Indap, Antonella Pecchenino, hace una positiva evaluación. “Del momento en que se presentó la iniciativa fue recibido transversalmente de buena forma, ya que los beneficios son múltiples a nivel económico y de sustentabilidad”.

 

Durante 2012 fueron ejecutados 374 proyectos, con una inversión de US$ 2,2 millones. Los sistemas fueron implementados desde Putre a Magallanes, sin embargo, Pecchenino señala que éstos se concentraron en las regiones IV y V, dado que fueron los territorios donde la sequía afectó más agresivamente durante 2011.

 

Además del factor sequía, los beneficiarios del subsidio son estudiados exhaustivamente por el Indap, priorizando a los agricultores que cuenten con estanques acumuladores de energía. “Como los paneles fotovoltaicos funcionan sin batería, privilegiamos a los beneficiarios que tienen esos estanques, pues así pueden funcionar durante todo el día”, afirmó Pecchenino. También tienen preferencias los proyectos asociativos, es decir, los que abarcan a comunidades que tienen en común una fuente hídrica.

 

Dentro de esos proyectos asociativos se encuentra la Sociedad Agrícola Rincón Limitada  en Caimanes (comuna de Los Vilos), que según un estudio de Indap, con los 90 paneles fotovoltaicos que implementó (generación de 170 watts), ahorró cerca de $ 7 millones en casi un año. El dinero les permitió enmendar la pérdida de producción que sufrieron  con la sequía, que hizo que el stock de nueces bajara de un peak de 26 en 2010 a 17 toneladas en 2011.

 

“Para Indap es conveniente intervenir en proyectos asociativos, ya que benefician a un número de agricultores importante. Es más fácil a nivel de gestión, porque por lo general esas personas llevan años organizándose por una fuente hídrica, por lo que ya trabajan ordenados, distribuyéndose los turnos de regadío. Ante ello, la tecnología que les proporcionamos tiene un beneficio casi inmediato en sus costos”, dice la subdirectora de Indap.

Para 2013, Pecchenino afirma que la meta es doblar la cantidad de proyectos ejecutados en 2012 para así sobrepasar los mil equipos instalados que fue el objetivo inicial. Para ello, se estima una inversión de US$ 4.4 millones.

Asimismo recalca que las tres regiones con más demanda de equipos para este periodo son Coquimbo (con 200), O’Higgins (214) y BioBio (150).

  

Regiones

Equipos por región

Arica – Parinacota

12

Tarapacá

0

Antofagasta

4

Atacama

6

Coquimbo

152

Valparaíso

45

Metropolitana

28

O’Higgins

65

Maule

4

Biobío

26

Araucanía

20

Los Ríos

10

Los Lagos

2

Aysén

0

Magallanes

0

 

 

 

 

 

Riego con ERNC

 

Otra iniciativa que apunta al uso de ERNC en obras de riego, es el fondo concursable de $700 millones que lanzó la Comisión Nacional de Riego (CNR) en diciembre de 2012. A diferencia del Programa Nacional de Bombeo Fotovoltaico, este concurso – amparado a través de la Ley Nº 18.450 que fomenta el uso de energías limpias en este tipo de obras− contempla proyectos de todos los tipos de ERNC existentes.

 

Además, el concurso abarca iniciativas intraprediales de tecnificación de obras, que utilicen ERNC y reparación de equipos de riego ya existentes que contemplen cambio del abastecimiento energético a ERNC. El fondo también cofinancia proyectos de impulsiones, que requieran la utilización de este tipo de energías, para embalses, canales o sistemas de riego.

 

 

­­El cinco de enero pasado fue el cierre de las postulaciones, momento en que el ministro de Agricultura, Luis Mayol, aseguró que fueron 12 los proyectos presentados, provenientes de productores de las regiones de Arica y Parinacota, Atacama, Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins, Maule y Magallanes.

 

Según la autoridad, la mayoría de las iniciativas apuntaron al recambio de la fuente actual de energía que abastecen a los equipos de riego de cada proyecto.

El 90% de los proyectos presentados al concurso tienen previsto a la energía solar (paneles fotovoltaicos) como nueva fuente y el resto pretende usar energía eólica.

 

Actualmente, los proyectos están en revisión. Los resultados de selección  se informarán a comienzos de abril, por lo que los beneficiados podrían iniciar la operación de sus equipos y obras en septiembre.

 

Por su parte, el secretario ejecutivo de la CNR, Felipe Martin, indicó que este año se repetirá el concurso, duplicando el financiamiento. “Aumentaremos los fondos de apoyo y pondremos a disposición de los regantes $1.500 millones con el fin de

seguir incentivando las energías renovables en obras de regadío. El concurso se dividirá en dos etapas, habiendo postulaciones en junio y diciembre”.

 

Previo a este concurso, Martin señala que los ministerios de Agricultura y Energía establecieron un convenio de cooperación que dispondrá de  $105 millones para apoyar la elaboración de  estudios que se requieren para la postulación de proyectos a los concursos de ERNC de 2013.

 

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