Día del Árbol: más allá de especies, una mirada ecosistémica

Queremos hacer un llamado a evitar la demonización de especies arbóreas específicas, como el pino o el eucalipto. En vez de caer en visiones simplificadas y polarizadas, proponemos avanzar hacia una mirada ecosistémica, que ponga énfasis en cómo se maneja el bosque o plantación, más que solo en qué especie lo compone.

Cada 28 de junio, Día Nacional del Árbol, se renueva la oportunidad de reflexionar sobre nuestra relación con los árboles y los bosques. En la Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo, creemos que esta fecha es una invitación no solo a pensar en plantar, sino también a pensar y repensar cómo entendemos los sistemas forestales y el rol que juegan en nuestra sociedad.

Jennifer Valpreda, directora ejecutiva Agrupación de Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo

En tiempos de crisis climática, hídrica y ecológica, es comprensible que crezca el interés y la sensibilidad en torno a los árboles, especialmente cuando algunos modelos de uso del suelo han provocado impactos en el territorio y sus comunidades. Sin embargo, queremos hacer un llamado a evitar la demonización de especies arbóreas específicas, como el pino o el eucalipto. En vez de caer en visiones simplificadas y polarizadas, proponemos avanzar hacia una mirada ecosistémica, que ponga énfasis en cómo se maneja el bosque o plantación, más que solo en qué especie lo compone.

Un árbol por sí solo no es bueno ni malo. Todo depende del contexto: del suelo donde crece, de la biodiversidad que alberga, de su interacción con el agua, el clima, la fauna y las comunidades. Los pinos y eucaliptos, bien manejados, pueden integrarse a paisajes multifuncionales, contribuir a servicios ecosistémicos y disminuir presiones sobre los bosques nativos. Por el contrario, la sustitución de ecosistemas nativos por monocultivos mal planificados y sin restauración de suelos ni conectividad biológica sí genera impactos negativos que debemos corregir.

En este mismo sentido, queremos destacar el rol clave que cumplen los árboles, y especialmente los árboles nativos, en las ciudades. En un país que se calienta y se seca, cada quillay, peumo o maitén en un barrio urbano es una infraestructura viva: regula temperatura, capta carbono, aporta humedad, filtra contaminantes, da sombra, alberga aves y mejora nuestra salud mental y bienestar. Promover la arborización urbana con especies nativas no es solo una medida estética, es una estrategia de adaptación y justicia ambiental.

Este Día del Árbol, invitamos a mirar más allá de etiquetas y prejuicios. A entender que la discusión no es solo sobre especies, sino sobre modelos de desarrollo, políticas públicas y manejo forestal responsable. Un país que respeta sus árboles, nativos o exóticos, y que los integra inteligentemente en sus paisajes y ciudades, es un país que cuida su futuro.

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