Demanda de agua embalsada supera a la oferta en la Región de Coquimbo

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El déficit se debe suplir con aguas subterráneas. Expertos insisten en la necesidad de mayor inversión en embalses y en la mejor conducción de los excedentes.

La Región de Coquimbo aparece como una de las zonas del país donde la demanda de consumo de agua supera la oferta total disponible, a pesar de contar con obras hidráulicas de almacenamiento. A esta conclusión llegó una investigación realizada por el Centro de Agricultura y Medioambiente de la Universidad de Chile.

Se calcula que la demanda de agua en la Región supera los 530 millones de m3 anuales, teniendo que ser suplidos por una oferta de 430 millones de m3. El documento indicó que, en el caso de Coquimbo, esto se debe a que no se ha podido ajustar la cantidad de agua requerida por los sectores productivos y el consumo humano al total disponible de este recurso en la Región.

Se concluyó, además, que la agricultura es la principal actividad que demanda este recurso a nivel nacional con un 73%, seguida por la industria con 12%, la minería con 9% y finalmente el uso doméstico con 6%. La primera fuente de obtención de este recurso es el agua superficial, seguida de las aguas subterráneas, las cuales se usan en caso de déficit, tal como ocurre en la Región.

Sobre los resultados de este estudio, Andrés Nazer Vega, gerente regional de Aguas del Valle, señaló que los esfuerzos de la empresa se han concentrado en enfrentar la dura sequía, donde las fuentes que almacenan el recurso han registrado caídas históricas, situación que ha obligado a buscar otras formas para suplir la demanda creciente del vital elemento.

“Pese a la profundidad de la sequía, la continuidad y calidad del suministro se ha mantenido, impulsando para ello inversiones y gastos excepcionales. Solo en el último quinquenio hemos invertido más de $26.000 millones en este ítem, sin que ello haya significado un costo adicional para los clientes. La baja disponibilidad de agua superficial ha obligado a nuestra empresa a intensificar el uso de aguas subterráneas, que requiere de un tratamiento más complejo y costoso. Si en 2010, el 59% del agua provenía de fuentes subterráneas, en los últimos años este porcentaje se elevó a 73%. Si bien hoy tenemos más agua disponible gracias a los deshielos y mejores niveles en los embalses de la región, seguimos trabajando para entregar el mejor servicio a nuestros clientes y asegurar la disponibilidad de agua ante un escenario de sequía como el que ya hemos vivido”, explicó Nazer Vega.

Coincidiendo con el estudio

La seremi de Obras Públicas, Mirtha Meléndez, organismo del que depende la Dirección General de Aguas, indicó que coincide con los resultados obtenidos por el estudio, señalando que esta escasez del recurso hídrico en la Región se debe a múltiples factores, no solamente a la sequía.

“Efectivamente hay una demanda que ha crecido expansivamente con los años. No se debe sólo porque llueve menos ni la sequía, sino al alto crecimiento que ha tenido la población de la Región, especialmente en La Serena y Coquimbo, provocando que haya menos agua disponible para el consumo”, acotó.

La secretaria regional enfatizó que los embalses, junto con labor de las juntas de vigilancia, han sido de gran ayuda para solventar este aumento de demanda, especialmente en los años de sequía.

“Sin la existencia de los embalses, se habría secado todo para ese entonces. Sirven para detener el avance del desierto, ya que son multianuales, esto quiere decir, que pueden solventar por largos períodos la escasez del recurso. También destaco el trabajo de las juntas de vigilancia, que trabajaron muy bien manejando el agua disponible durante los períodos de sequía. Cito el caso de Illapel, que gracias al embalse El Bato pudo tener agua para el consumo. De no haber existido, literalmente, se secaba la ciudad”, apuntó.

Sobre quiénes serán los principales afectados con esta alta demanda de agua, Meléndez manifestó que serán las personas que viven en el sector rural, especialmente por la actividad agrícola.

“Esta parte de la población también ha crecido, por consiguiente, demandan más agua. Estar lejos de los embalses, o derechamente, no contar con ninguno les deja claramente en desventaja, como ocurre por ejemplo en Combarbalá. En estos casos, se usan camiones aljibes para entregar agua para beber y para los animales, pero muchas veces no es suficiente”.

Otro punto del que habla el estudio es sobre la constitución de un organismo centralizado que se encargara de la gestión del recurso hídrico, para evitar la desconexión que existe entre las instituciones existentes. Sobre este tópico, Meléndez dijo que comparte esta opinión y debería implementarse lo antes posible creando un organismo unificado.

“En este tipo de regiones necesitamos un manejo integrado de las cuencas. El problema es que falta quién haga cabeza. Actualmente hay 40 instituciones que se dedican al manejo del recurso hídrico, por lo que debemos crear una que lidere todos los esfuerzos y así manejar el agua con eficiencia”, puntualizó.

Fuente: Revista Agua.

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