[COLUMNA] Un futuro distinto: Reciclaje en la estrategia de desarrollo

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Por Joseluis Samaniego, director de la División de Desarrollo Sostenible y Asentamientos Humanos Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Imaginemos un país extractivo minero-metálico, cuya ley del mineral va bajando y por ello vive una carrera entre el agotamiento del mineral y la tecnología que mantenga la explotación rentable, hasta que la gran minería quede reducida a un enclave, o sólo quede la minería de bajas rentabilidades. Ese país, que no controla ni los precios, ni domina en el procesamiento del metal, y se ha dedicado a la exportación de la materia prima, cederá su lugar a los países que se hayan dedicado a desarrollar sus capacidades en la minería de superficie. Esto es a reprocesar el metal que alguna vez, virgen, fue patrimonio de ese primer país. Si Chile se encuentra en esa situación y tiene un horizonte final para la gran minería que se acerca, valdría la pena diversificar sus opciones y aprovechar lo aprendido para incursionar en la minería de superficie: el reciclaje. Es lo que deberíamos hacer, especialmente, con el cobre, el tercer metal más utilizado en el mundo y del cual Chile es el mayor productor y exportador.

Hoy el reciclaje rápidamente se asocia con el factor ambiental, sea porque ayuda a disminuir la generación de gases de efecto invernadero; porque reduce la presión sobre recursos naturales para la elaboración de nuevos productos, o porque desacelera la deforestación, la desertificación y otros problemas ambientales; y porque disminuye el consumo de agua y energía. Todo ello es cierto.

La mirada económica muestra, además, un actividad global que procesa más de 500 millones de toneladas de residuos con un valor agregado de 160 mil millones de dólares anuales.

¿Cuál es la situación en Chile?

Según datos del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), en Chile se generan 16,9 millones de toneladas de residuos al año, casi una por habitante en promedio. De éstas, 6,5 millones corresponden a residuos municipales y 10,4 a residuos industriales. Los papeles y cartones son los materiales que más se reciclan, con 475 mil toneladas anuales. Le siguen los plásticos (355 mil ton), vidrios (292 mil ton) y el metal (101 mil ton), esto es un total de 1.12 millones de toneladas o 7 por ciento de lo generado. El resto es enviado a vertedero.  En el caso de los plásticos apenas un 12% de lo producido se recicla.

Los desechos dejan de serlo cuando se les encuentra una nueva utilidad. Cambiar el paradigma incluye ver los materiales reciclados como recursos y no como sólo como desechos.

Por ejemplo, si se utilizara cobre reciclado como materia prima, además del menor costo del material que se reduce significativamente, también, se puede producir un importante ahorro energético[1] dependiendo del tipo de materia prima y su grado de pureza. No toda chatarra es igual.  Si se trata de una tonelada de chatarra pura, se utiliza 1 MWH, mientras que la que debe purificarse por electrólisis consume 6 MWH por ton, la que se debe purificar y refundir utilizaría 14 MWH.  Obtener una tonelada virgen consume 7.2 MWH[2]. Una buena materia prima puede ahorrar hasta el 86% de la energía necesaria para su producción primaria.

Actualmente, el negocio del cobre reciclado a nivel nacional es muy reducido. Según cifras de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), en los últimos años las toneladas de scrap de cobre exportadas por Chile (es el cobre contenido en artículos que han llegado al final de su vida útil) corresponden a cerca del 0,1% de las toneladas de cobre fino enviadas al exterior.

Cuando en el futuro el cobre chileno comience a escasear, el diferencial de precio entre el cobre de mina y el de chatarra será lo suficientemente grande como para generar ganancias entre los productores de la industria del reciclaje. La capacidad de este recurso de ser reciclado sin perder sus propiedades, hacen de éste un elemento de excelencia para ser reutilizado, lo que impone nuevos desafíos para la industria minera y nos pone frente a un nuevo escenario de desarrollo para Chile: la migración a un reciclaje de mayor alcance.

[1] Fuente: Copper Development Association (2013), consultado en mayo de 2015.

[2] Fuente: elaboración propia con base en Cochilco 2012.