«Es una gran satisfacción para la compañía cumplir este hito; la realización de esta ampliación de nuestra Planta Desaladora Norte, y lo mejor de todo es que, desde la idea hasta la puesta en marcha, fue hecho por ingeniería chilena, lo que dice que el país cuenta con la capacidad para encarar este tipo de proyectos”, señaló el gerente general de Aguas Antofagasta, Fredy Zuleta, al dar el vamos a la puesta en marcha de los primeros 100 litros por segundo de la ampliación de la Planta Desaladora Norte (en total son 200 L/s que se agregarán a la red en los próximos días), ubicada en el sector La Chimba, la que permitirá robustecer el sistema de agua potable de la región, entregando una mayor confiabilidad a los usuarios.
El hito además permite que la sanitaria local pueda abastecer hasta un 85% de los usuarios antofagastinos con agua proveniente del Océano Pacífico.
“Llegar a Aguas Antofagasta nos entregó la experiencia de la desalación. Como operadores de planta y con esta ampliación, nos convierte en un gerenciador y ejecutor de proyectos, con la capacidad para replicar esta ingeniería en cualquier lugar que tenga las condiciones”, agregó Zuleta.
El proyecto
La actual planta desaladora tuvo una inversión de US$ 74 millones, mientras que la ampliación –proyecto que se está concretando ahora- suman otros US$ 21 millones.
El objetivo es que en 2020 Aguas Antofagasta tenga la capacidad de surtir al 100% de la capital regional con este suministro, manteniendo, además, el agua de cordillera como respaldo.
El jefe del proyecto de ampliación de la planta Desaladora, Víctor Gutiérrez, explicó que “la producción de agua potable comienza con la captación del agua de mar, a través de un tubo que se encuentra a 400 metros mar adentro y a 20 metros de profundidad, y que tiene como fin trasladar agua hasta la planta.
Luego, el agua de mar pasa a un pretratamiento, con el fin de eliminar materias en suspensión. Acto seguido, el caudal es enviado al proceso de osmosis inversa, el que tiene como fin, separar la sal que está en el agua, por lo que se forman dos caudales: la sal muera por un lado y el agua pura por el otro.
Al agua que sale pura de la osmosis inversa se le realiza una remineralización agregando calcio y magnesio, para asegurar que sea apta para el consumo humano. Además se le añade cloro –para garantizar la desinfección- y flúor para cumplir con el plan de cuidado dental del Ministerio de Salud.
En tanto, la salmuera es reutilizada para darle potencia al proceso de desalinización, por lo que la ampliación de la Planta Desaladora Norte tiene un ahorro de un 17% de energía.
Fuente: Revista Agua
