Agua, Reforma y Covid-19

Río Aconcagua.

22 de marzo y nos encontramos en una nueva celebración del Día Mundial del Agua, el marco en el cual celebramos este día es totalmente nuevo, la humanidad se encuentra enfrentando al Covid-19, una pandemia nunca vista en este nuevo siglo, en donde la información viaja de forma inmediata y en donde el resultado de como terminará es una total incertidumbre.

Sumado a lo anterior seguimos teniendo cual espada de Damocles, la emergencia climática y ecológica sobre nuestras cabezas, si bien la pandemia a puesto un paréntesis al sistema global, no me cabe duda de que los países aprenderán poco o nada en relación a la necesidad de generar un nuevo paradigma que abandone el antropocentrismo y consumo exacerbado con el cual contamos hoy.

El marco anterior pone un enorme desafío en materia hídrica a nuestro país, enfrentamos una mega sequía de la que poco o nada se hace para enfrentarla en serio, lo anterior quedo demostrado en las insuficientes medidas propuestas en materia de política publica por parte de la mesa del agua creada por el gobierno. Por otra parte, el gobierno se dispuso a demorar la reforma al Código de Aguas, la que, de no ser por los senadores de la comisión esta no hubiese avanzado.

La reforma hoy en día se encuentra en la Comisión de Constitución del Senado en segundo trámite legislativo, debiera ser un proyecto al cual se le diera urgencia, ante los nuevos escenarios que enfrentamos, ante la inmovilidad del gobierno a dar respuestas de fondo a la crisis en la cual nos encontramos.

Dicha reforma se ocupa principalmente de modificar el código de aguas en materia de priorización de los usos de esta, colocando como principal el derecho humano al agua y el saneamiento, a su vez se establecen medidas para la preservación ecosistémica que tanto urgen. La reforma ya lleva 8 años de tramitación, lo que desde mi visión es una vergüenza, en un país que se seca, ante la incredulidad de los actores que toman decisiones en el país, entre ellos los distintos gobiernos y sectores económicos que no han dejado que avance con la celeridad que se requería.

Tanto el gobierno como el Congreso pueden enmendar el largo camino que han realizado en su tramitación, como medida para paliar el escenario actual, a su vez el plebiscito que se llevará a cabo en octubre esgrime la posibilidad real de modificar la Constitución y cambiar el extremo régimen propietarista fijado por la dictadura.

Por último, el agua no puede seguir tan solo en las manos de los privilegiados, se debe tomar conciencia que la realidad de este país cambio, por lo tanto, se requiere de un régimen que busque un equilibrio entre las diversas actividades y realidades que un país cuenta, ya que el régimen actual que tenemos, por ejemplo ante la pandemia del Covid-19 tiene como realidad que hay personas que no tienen acceso a lavarse las manos para enfrentar la enfermedad que nos aqueja.

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