Gracias a la Ley para la Generación Distribuida, aprobada en octubre de 2014, una residencia ubicada en la comuna de La Reina inyectó al sistema energía eléctrica proveniente de fuentes renovables no convencionales.
El domicilio particular tiene la capacidad de generar 3.132 kWh al año a través de paneles solares fotovoltaicos instalados sobre el techo. La generación permite su autoconsumo y a la vez inyecta los excedentes al sistema.
La energía vendida desde la casa hacia el sistema tiene un precio cercano al 50% del que se le paga a la distribuidora por la energía eléctrica. La explicación del valor comercial se debe a la normativa actual, la que señala que el costo de transmisión y sus valores asociados se traspasan al vendedor, aunque la carga productiva domiciliaria sea marginal en comparación a la de grandes generadoras.
La Ley de Generación Distribuida, también conocida como ley net metering, permite a particulares autogenerar energía y vender el excedente a la red.
Mayores incentivos
Gustavo Boetsh, gerente general de la empresa Kaltemp, señala que se necesitan más incentivos para inyectar energía al sistema desde el área residencial, explicando que “si bien la nueva ley sirvió mucho para poner un orden en el tema y hoy la tecnología es certificada y se cumple con cierto estándar, la verdad es que con los incentivos que hay ahora no vale la pena inyectar al sistema”.
A lo que se apela es que el precio de la energía inyectada sea el mismo que el que realizan las grandes distribuidoras, para recuperar la inversión realizada de manera más expedita, y que los largos tiempos de tramitación desde la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) para la autorización de cada casa sean menos extensos. Estos dos puntos serían claves para que un mayor número de domicilios que apuesten por instalar sistemas de ERNC no sólo abastezcan sus propios consumos.
