Servicio de Evaluación Ambiental aprueba puerto de empresa de productos químicos en Quintero

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La institucionalidad ambiental nuevamente entrega una calificación favorable a un proyecto que, desde su inicio, ha sido cuestionado por la comunidad. Se trata del Terminal Multipropósito Oxiquim de la bahía de Quinteros, el proyecto que cuesta US$126 mil millones aumentará notoriamente la cantidad de embarcaciones y traerá consigo nuevos focos de contaminación para esta zona que ya está declarada como saturada.

El proyecto que ingresó al proceso de evaluación de impacto ambiental en 2013 cuenta con una resolución que lo aprueba, sin embargo, la comunidad está en la etapa de reclamación, instancia que convocará al Comité de Ministros para que decidan si se ejecutará o no en las costas de la Quinta Región.

Una de las observaciones que presentó Andrés León, presidente de la agrupación Dunas de Ritoque, al estudio de impacto ambiental realizado por la empresa Oxiquim, se centró en demostrar que el registro de las mediciones de calidad del aire que presentó la compañía carecen de validez, ya que extrañamente se perdió el 38% de la información, lo que permite que los coeficientes de contaminación bajen y que la empresa tenga opción de construir el puerto y seguir impactando.

Dicha impugnación, si bien es cierto, fue considerada en el acta, en la resolución final no fue tomada en cuenta, por lo que el estudio fue validado por la autoridad medioambiental que evaluó como no perjudicial para la salud de la comunidad la instalación de dicho puerto.

Asimismo, León planteó que en las mediciones no se consideró el impacto que tendría en el aire y en el fondo marino el tránsito de embarcaciones en la bahía de Quintero, número que según plantea el proyecto aumentaría exponencialmente en el tiempo en que el puerto se encuentre operativo.

La observación de Andrés apunta a un razonamiento lógico: en una zona saturada como es la de Puchuncaví , cada fumarola de barco y los residuos de los combustibles utilizados por las naves serán un deterioro mayor para esta comunidad.

Pescadores de carbón

La vocación territorial de Puchuncaví, Quintero y Ventanas, es la pesca y el buceo, dos actividades que por años han hecho de este balneario un lugar donde la gastronomía impactaba por el sabor de sus pescados. Actualmente los pescadores del sector de Quienteros están abocados solo a la extracción de jibia, ya que la caza de cualquier otra especie está prohibida por la Ley Longueira que concesionó el mar y sus recursos.

El presidente del sindicato número cuatro de Quintero, Hugo Poblete dice: “Nosotros estamos siendo arrinconados como pescadores y lo único que tenemos como recurso es la jibia, porque el área de manejo no la podemos explotar, porque están con metales pesados, los peces y mariscos tienen concentraciones de cobre, plomo y nickel. Y justamente la paradoja es que el gobierno está impulsando el área de manejo como una forma de diversificar la pesca artesanal”.

Con congoja, el presidente del sindicato se refiere a sus antepasados, explicando que la pesca y la extracción de mariscos viene de la tradición ancestral del complejo cultural indígena Llolleo – Bato que se acentaron en estos territorios en el 800 antes de cristo.

Hugo dice que en “ Ventanas los pescadores son contratados por las empresas para que saquen el carbón de la playa, es decir, hoy los pescadores ya no van a la mar a buscar peces, sino que son trabajadores de las empresas que acabaron con su vocación”.

En el mismo sentido, el hombre de mar explica que “hay cosas que las personas no ven. Nosotros estamos a cinco o seis millas de la orilla y el tráfico de barco es gigante, pasan tremendas moles por al lado y hay que correrse, somos 200 embarcaciones que estamos ahí y que a diario tenemos que arrancar de las grandes embarcaciones. Un día va a ocurrir una tragedia y lamentablemente los afectados serán pescadores”.

La construcción del Terminal Multipropósito Oxiquim, de la bahía de Quintero necesita de una remoción de arena del fondo marino para hacer más profundo este sector y de esa forma poder recibir a las embarcaciones que atracarán con diversas sustancias estas costas.

El presidente del sindicato de pescadores con preocupación explica que para la construcción del muelle “van a dragar 800 mil toneladas de sedimento y las van a votar a cuatro o cinco kilómetros de la punta horcón, entonces ese es el gran terror de nosotros, porque es la única zona de pesca que tenemos”.

“Es una cantidad gigantesca de sedimento con metales pesados, esta es una zona de surgencia, es decir cada cierto tiempo los nutrientes del fondo flotan para trasformarse en el alimento de la flora y fauna marina). Ellos (los empresarios y autoridades) creen que el océano es un espacio donde puedes tirar cualquier cosa y lo puede absorber, y por el contrario, lo que están haciendo es diluir solamente el océano. Es como una piscina gigante y con este tipo de contaminantes no permiten que se mantenga vivo”, profundiza Hugo, agregando que muchos de sus compañeros de otros sindicatos han caído en asistencialismo de las empresas con sus planes de responsabilidad social que solo operan como un cartel para la opinión pública.

Fuente: Radio U. de Chile

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