Chile profundiza procesos participativos para la formulación de la Estrategia de Cambio Climático

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Participación y retroalimentación. En esos dos pilares se está sustentando la formulación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV) que desarrolla en Chile el Ministerio de Agricultura, a través de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Esta es una de las herramientas esenciales para el cumplimiento de los compromisos internacionales en materia de cambio climático y desertificación, y concretamente en el contexto del eventual acuerdo de París 2015, de la Convención Marco de las  Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).

Uno de los objetivos centrales en el proceso de formulación de la ENCCRV, apoyada con recursos del Fondo Cooperativo del Carbono Forestal (FCPF), ha sido la obtención de los insumos, propuestas, opiniones y visiones por parte de todos los actores vinculados con los bosques y demás recursos vegetacionales de Chile. Igualmente, se obtiene información sobre las propuestas de actividades estratégicas para combatir las principales causas, los posibles impactos negativos que se podrían generar dichas propuestas, los beneficios y aquellas medidas para mantener o aumentar la biodiversidad local.

El director ejecutivo de Conaf, Aarón Cavieres, precisó que junto al trabajo efectuado con diferentes organismos internacionales y nacionales, se diseñó “un modelo de talleres para que a lo largo de nuestro país las comunidades más afectadas tuvieran participación, pero además bajo un esquema en que pudieran cerciorarse que sus aportes y opiniones son consideradas, existiendo el compromiso de hacerles llegar el resultado de esta labor”.

En este contexto, actualmente se están desarrollando una serie de talleres participativos que contemplan las quince regiones del país, ciclo que finalizará con un Taller Nacional. Hasta octubre se han desarrollo nueve talleres en el país, con un total de 754 participantes correspondientes a 10 grupos focales: pueblos indígenas, académicos, sector institucional, consultores/extensionistas forestales, organismos no gubernamentales (ONG), organizaciones de mujeres, sector privado, pequeños y medianos propietarios, mujeres indígenas y pequeñas y medianas propietarias.

Metodología

La metodología utilizada para el proceso participativo de la formulación de la ENCCRV, consideró en una primera instancia que cada región elaborara mapa de actores claves del territorio, bajo el criterio multi-actor, multi-sector y multi-nivel, incentivando de manera particular la participación de los pueblos indígenas, las comunidades locales y un alto porcentaje de mujeres. En segunda instancia, para el levantamiento de información, durante los talleres, se ha utilizado la metodología de los grupos focales (GF), que corresponden a actores claves que representan los distintos sectores de la sociedad que se relacionan directamente con los recursos vegetacionales para recoger, rescatar y poner en valor sus derechos, opiniones, visiones y necesidades de todas y todos los participantes.

Compromiso país

Las metas para el sector forestal, son el manejo sustentable y recuperación de 100 mil hectáreas de bosque, principalmente nativo, que representará capturas y reducción de gases de efecto Invernadero en alrededor de 600 mil toneladas de CO2 equivalente anuales, a partir del 2030, y forestar 100 mil hectáreas de suelos sin vegetación, en su mayoría con especies nativas, que representarán capturas de entre 900 mil y 1 millón 200 mil toneladas de CO2 equivalente anuales, también a partir del 2030.

Comunidad y sus aportes en el proceso participativo

Uno de los aspectos que más se ha resaltado en los talleres regionales es que los participantes viven localmente los efectos del cambio climático, pero también que están buscando fórmulas para enfrentarlo. Por ejemplo, ante la consulta acerca de las causales de degradación, deforestación y dificultades para el aumento de los recursos vegetacionales, las respuestas con mayor predominancia fueron escasez del recurso hídrico, la habilitación agrícola y ganadera, la actividad minera, cortas indiscriminadas de vegetación e incendios, demostrando la amplitud de visiones que se tiene al respecto de los principales problemas que los afectan.

Además, en esta misma línea, emanó desde la perspectiva de los representantes de los pueblos indígenas, como una demanda transversal, el rescate y puesta en valor de la cultura ancestral para el cuidado y manejo de los bosques y de otros recursos de la naturaleza, como el suelo.

En las conclusiones de cada uno de los talleres realizados hasta ahora, queda claro que la asociatividad y la confianza será un pilar fundamental para que el país, pero espacialmente sus comunidades, contribuyan a la mitigación del cambio climático y a la adaptación de sus efectos, mediante el manejo y recuperación de sus formaciones vegetacionales.

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