El Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) declaró la alerta Verde en el volcán Villarrica, lo que significa que la actividad volvió a los niveles de línea de base, considerados los márgenes bajos habituales. Lo anterior, luego del ciclo eruptivo iniciado el pasado el 6 de febrero de 2015, cuando se declaró alerta Amarilla y simultáneamente se activó al Sistema de Protección Civil, decisión que fue sucedida semanas más tarde, el 2 de marzo, por la alerta Naranja y, finalmente, la alerta Roja a causa del primer pulso eruptivo registrado durante la madrugada del 3 de marzo.
A través de un Reporte de Actividad Volcánica emitido por el Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS), situado en Temuco, el Sernageomin informó que “el sistema volcánico ha continuado con un comportamiento progresivamente más estable en lo que respecta a la sismicidad relacionada con el tránsito de fluidos al interior del edificio volcánico; es decir, se ha mantenido la tasa de eventos de largo período y, además, la energía asociada con el tremor (tipo de sismo que generalmente se interpreta con la vibración de los conductos a causa de esos fluidos) ha disminuido sostenidamente hasta niveles considerados bajos”.
La entidad dijo no obstante que “se sigue observando incandescencia nocturna y desgasificación continua de baja potencia de salida al tiempo que resaltó que “debido a las características propias de un volcán con conducto abierto (característica que distingue al Villarrica en comparación con otros volcanes) y lago de lava activo cercano a la superficie, sigue siendo probable la ocurrencia de actividad repentina relacionada con la dinámica del lago de lava, lo que podría generar expulsión de fragmentos balísticos hacia las zonas cercanas al cráter”. El reporte especifica que “el peligro volcánico se asocia principalmente con la caída de material piroclástico (fragmentos de material volcánico) en la zona adyacente al cráter y por ello se recomienda aplicar preventivamente restricciones de acceso en un radio de 500 metros desde el centro del cráter”.
Al respecto, el director nacional del Sernageomin, Rodrigo Álvarez Seguel, comentó que “se cumplió la proyección de un ciclo eruptivo de carácter débil, según lo que anticiparon los especialistas sobre la base de la información aportada por las estaciones de vigilancia montadas en el edificio volcánico, y en este sentido hay conformidad del equipo respecto de la interpretación de los datos y el funcionamiento del monitoreo instrumental”.
La autoridad agregó que “este ciclo eruptivo en particular dejó muchísimo material para la reflexión y el aprendizaje, puesto que se trata de uno de los volcanes más activos del Arco Volcánico en Sudamérica, con gran presencia de personas en su entorno. Cuando se declaró la alerta Amarilla, hubo algunos cuestionamientos porque era temporada veraniega, los que se detuvieron cuando sucedió el primer pulso eruptivo a inicios de marzo. Ahora bien, después de los pulsos eruptivos principales, también hubo algunas personas que deseaban que privilegiáramos otros criterios por sobre la información técnica, y entonces el volcán continuó lanzando piroclastos al entorno del cráter, confirmando nuevamente el pronóstico. Para los profesionales del Sernageomin es importante dejar patente que los niveles de alerta técnica están basados sobre la interpretación de datos referidos exclusivamente a la actividad de los volcanes, por eso decimos que las alertas son técnicas. Si se incluyeran otras variables subjetivas, se perdería el objetivo de cuidar la vida de las personas frente a la actividad eruptiva”.
El volcán Villarrica, ubicado en el límite de las regiones de la Araucanía y de Los Ríos, es un estratovolcán cuyas erupciones más recientes (años 1984, 2000 y 2015) han sido del tipo “estrombolianas” (en alusión al volcán italiano Stromboli), las cuales se caracterizan por columnas eruptivas de baja altura, y bajo volumen emitido.