Recomendaciones de INIA para manejo del ganado en sectores afectados por la erupción del volcán Calbuco

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Sobre la base a los antecedentes recopilados en erupciones anteriores de similares características y producto de las visitas realizadas a los sectores afectados, más los resultados de los análisis de las muestras tomadas con cenizas en praderas y agua, los especialistas de INIA entregan las siguientes apreciaciones y recomendaciones a los ganaderos afectados por la erupción del volcán Calbuco:

  1. Los rubros ovino y equino son los más sensibles a los efectos de la erupción en comparación con los bovinos.
  2. En casos de erupciones anteriores, se produjeron daños por efectos mecánicos y toxicológicos (especialmente osteofluorosis), por lo tanto, se recomienda evitar el consumo de forraje y agua con cenizas.
  3. Si se necesita adquirir alimentos como fardos, concentrado o silo en bolos, es importante calcular el costo del kilo de proteína y/o la Megacaloría de Energía Metabolizable que entregan estos alimentos. En términos muy generales, a los precios que se están transando estos alimentos en estos momentos podría ser conveniente comprar un concentrado. En este caso se debe tener precaución y observar atentamente el comportamiento de animales alimentados con concentrados, ya que su bajo contenido de fibra genera riesgo de acidosis.
  4. Es probable que un bovino u ovino que no está acostumbrado a comer concentrado, pasto seco o ensilaje tradicional o en bolos, se demore uno a tres días en aceptarlo.
  5. Si se tiene un número pequeño de animales se recomienda cosechar, sacudir y/o lavar la quila y otros arbustos de ramoneo para disminuir el consumo de cenizas.
  6. Antes de entrar a pastorear una pradera contaminada con cenizas, se recomienda pasar una rastra de sacos o neumáticos o ramas para desplazar este material hacia el suelo. Esto es particularmente importante en especies con hojas pilosas como el pasto dulce (Holcus lanatus), pues en ellas se adhieren mejor las cenizas.
  7. Considerar además, que los animales tengan acceso a beber agua libre de contaminación con cenizas, idealmente en bebederos abastecidos por pozos profundos y vertientes. Si la cantidad de cenizas que están cayendo son importantes, se sugiere tapar los bebederos con plásticos, planchas de zinc u otros elementos.
  8. Si se abastecen de cursos de aguas superficiales con cenizas, se recomienda, si es posible, extraer el agua y esperar un tiempo prudente para la decantación de las cenizas, aunque seguramente las partículas más finas quedarán en suspensión dejando el agua turbia.
  9. La acumulación de cenizas entre las fibras de lana de los ovinos impide su eliminación con la lluvia y, por el contrario, aumenta el peso a transportar, lo que se agrava con el debilitamiento del animal por la escasa alimentación sobre todo si se encuentra en invierno en estado de gestación terminal o paridas e iniciando la lactancia.
  10. Evitar que los animales recorran mucho ya que el esfuerzo genera un mayor requerimiento de energía, además, al agitarse aumenta la aspiración de cenizas.
  11. Si consideramos que las cenizas tienen un efecto abrasivo (similar a una lija), para minimizar su ingreso por las vías respiratorias e impedir la ocurrencia de irritaciones a los ojos, se recomienda (si es posible) proteger los animales en galpones para impedir su contacto con las cenizas cada vez que éstas precipiten en forma abundante.
  12. En los equinos, es importante limpiar su lomo con un cepillo antes de ponerle la montura para evitar heridas, no olvidar además que las cenizas pueden provocar irritación de la piel en cualquier especie animal.
  13. El hábito de los animales de pastorear en contra del viento influye en el impacto que las partículas de ceniza ejercen en los ojos, disminuyendo su visión o en algunos casos pudiendo perderla totalmente según la intensidad del viento.
  14. El consumo de forraje con cenizas puede provocar un desgaste prematuro de la dentadura; de ocurrir esta situación es un factor más a tener en cuenta al momento de planificar la reposición de vientres.
  15. De ocurrir lluvias, estas provocan una disminución de las cenizas en suspensión y limpian considerablemente los forrajes, los que pueden volver a ser aprovechados por los animales.
  16. De los elementos encontrados en erupciones anteriores y que pudieran servir como nutrientes para las plantas, generalmente han caído en cantidades bajas a muy bajas, además se trata de un material inerte y que necesitará de un tiempo muy prolongado para estar disponibles, decenas a centenas de años.
  17. Si las praderas quedaran con abundante acumulación de cenizas, considerar alternativas de recuperación de estas praderas más afectadas como su incorporación al suelo con arado.

Más informaciones: Alfredo Torres B., ingeniero agrónomo M.Sc. subdirector de Investigación y Desarrollo de INIA Remehue (abtorres@inia.cl)