La flota ballenera japonesa capturó a 251 ballenas en su última campaña anual en la Antártica, más del doble que el año anterior, aunque solo una cuarta parte de la captura prevista para esta temporada, que era 935 ballenas.
Según explicaron fuentes de la Agencia japonesa de Pesca, esta «baja» cifra responde a las acciones de boicot de la organización ecologista Sea Shepherd.
Sin embargo, el número es más del doble comparada con las 103 de la campaña pasada, en la que el organismo ecologista presionó aún más a los balleneros nipones. La actual campaña partió en enero y terminó a mediados de marzo.
Prohibición de caza
Este es uno de los dos programas con fines científicos que Japón llevaba a cabo, hasta que el pasado 31 de marzo la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) ordenó a Japón revocar los permisos de caza de ballenas en la Antártica que justifica con fines de investigación, al considerar que contraviene una moratoria de caza de ballenas de 1986.
Obligado por la CIJ, la más alta instancia judicial de la ONU, finalmente Japón anunció el 3 de abril que renuncia por primera vez en 27 años a cazar ballenas en esta zona del planeta.
Pese a la renuncia de caza en la Antártica, el país mantendrá su campaña de captura de ballenas con fines científicos en el Pacífico Norte, además de seguir pescando con fines comerciales especies más pequeñas de cetáceos, incluidos defines, en sus costas.
Fuente: La Tercera
