En la actualidad, la industria de la moda es una de las más contaminantes del planeta. Así lo sentenció, hace pocos años, un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés) que la ubicó en el segundo puesto.

Los datos fueron contundentes: cada año se tiran al mar medio millón de toneladas de microfibra, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo. El agua es el recurso natural más vapuleado por el rubro. No solo se arrojan desechos, también se lo utiliza para la fabricación de prendas, alrededor de 100 millones de metros cúbicos, lo suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.
“La industria de la moda produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos, con las consecuencias que ello tiene en el cambio climático y el calentamiento global”, detalla el documento. El modelo dominante en el sector es el del fast fashion, una palabra que nos suena a todos, es imposible escaparle. Se trata de esta oferta constante de colecciones nuevas a precios bajísimos que nos alienta a comprar constantemente suponiendo que es una necesidad lucir lo que está a la moda y desecharlo con rapidez para que lo reemplace otra prenda. ¿Consecuencias? La producción de prendas de vestir se duplica todos los años y la ONU advierte que si el modelo actual de negocio permanece, las emisiones contaminantes de la industria textual van a aumentar a un 50% dentro de seis años.
Sin embargo, creo firmemente que podemos hacer un cambio para frenar el impacto. Hoy en día hay empresas que están generando un cambio en la industria textil gracias al uso de la tecnología donde el mercado de la moda circular ha tenido un crecimiento exponencial en el último tiempo. El objetivo es reducir el impacto ambiental de la industria de la moda. Es un circuito noble para este mercado tan difícil de domar. ¿Sabes realmente cuánta ropa utilizas de tu clóset? Algunos estudios sostienen que usamos el 20% de lo que tenemos en nuestro armario, por lo que hacer una revisión de lo que tenemos podría sorprendernos.
Según estimaciones, la moda circular podría representar el 10% del mercado de la moda global para 2030. Hoy en día las plataformas de ropa de segunda mano, son más que un lugar de compra y venta, se convierten en comunidades que valoran la sostenibilidad y la creatividad, y que buscan cambiar la forma en la que producimos, consumimos y desechamos la ropa. Juntos, podemos hacer una diferencia.