Desde el viernes y de forma continua, funcionarios del Servicio Nacional de Pesca y Acuicultura (Sernapesca) y efectivos de la Armada, además de voluntarios de ONG y particulares se han dado a la tarea de ubicar un ejemplar de ballena franca que nada con un cabo de pesca enredado alrededor de su cuerpo.
El animal fue avistado la mañana del viernes por pescadores artesanales de Pichilemu, quienes avisaron a la Dirección Regional de Sernapesca. «Solicitamos apoyo a la Capitanía de Puerto de Pichilemu, pero lamentablemente se encontraban en labores de búsqueda de un desaparecido en el río Rapel, por lo que recurrimos al surfista profesional Ramón Navarro, quien posee una vasta experiencia en manejo de motos acuáticas y en rescate», relata el director regional de Sernapesca, Christian de la Barra.
A bordo de la moto de agua y con la ayuda de una embarcación artesanal que marcaba el lugar donde se produjo el avistamiento, De la Barra y Navarro se dirigieron a casi seis millas náuticas frente a Punta de Lobos, donde hicieron contacto con la ballena de aproximadamente ocho metros de largo, y que presentaba cabos de pesca enredados en múltiples partes del cuerpo.
«Nos acercamos con sumo cuidado, tratando de abordar al cetáceo de manera frontal e ingresando sigilosamente al agua; llegamos a estar a sólo un par de metros de la ballena, pero al intentar realizar maniobras para desenredarla, el cetáceo giraba y con la aleta caudal intentaba alejarnos» relata el director regional.
Para no estresar más al animal, los rescatistas monitorearon su comportamiento por alrededor de dos horas antes de volver a la costa y coordinar con la Capitanía de Puerto de Pichilemu una maniobra de rescate con apoyo de embarcaciones mayores.
«La Capitanía de Puerto de Pichilemu avisó a todas las embarcaciones que solicitaron permiso de zarpe durante el fin de semana, que ante la eventualidad de avistar el cetáceo nos avisen de inmediato para intentar el rescate», explicó De la Barra. Paralelamente, se informó al encargado de rescate animal de Sernapesca, el médico veterinario Mauricio Ulloa, quien el sábado por la mañana arribó a Pichilemu para coordinar la maniobra de un eventual rescate.
ESFUERZOS INFRUCTUOSOS
El día sábado el Hotel LAIA puso a disposición de Sernapesca un helicóptero con el fin de hacer un recorrido aéreo y localizar la ballena. No obstante, tras varias horas de vuelo, no fue posible ubicarla.
En tanto, el domingo se realizó una segunda búsqueda del cetáceo al que se sumó la Armada, poniendo a disposición la LSG San Antonio que zarpó a las 7:30 de la mañana desde ese puerto y navegó por 12 horas hasta 40 kilómetros al sur de Pichilemu para cubrir tanto al norte como al sur del avistamiento original, al desconocer en qué dirección iba la ballena.
El domingo llegaron a Pichilemu profesionales del Centro de Conservación Cetácea (CCC) y de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), quienes se sumaron a las acciones de Sernapesca para colaborar en la ubicación y rescate del animal marino, evaluando la confección de una herramienta especial que se necesita para cortar los cabos adosados al cuerpo sin provocarle daño.
Este lunes se hará un último sobrevuelo por la zona a bordo de una avioneta para dar con la ubicación de la ballena, el cual se complementará con el trabajo de las capitanías de puerto aledañas, quienes alertaron a los pescadores y naves que zarpen, que den aviso inmediato en el caso de avistar al cetáceo.
