Autos eléctricos: Meta de 70 mil unidades al 2020 está lejana por bajas ventas

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Las proyecciones hablaban de 200 mil autos eléctricos circulando por el país en 2020, cifra que luego se sinceró a 70 mil, pero a siete años de cruzar la meta, Chile sólo suma, según cifras de la Asociación Automotriz de Chile (Anac), 14 de estos autos en las calles, que se añaden a otros 200 importados directamente desde otros países, o reconversiones en el marco de proyectos universitarios.

 

Nada parece acelerar las cifras: según el mismo organismo, si en 2011 se vendieron sólo seis unidades, en 2012 sólo fueron cinco y en lo que va del año, apenas van tres.

 

¿Qué frena el crecimiento de esta industria? El precio, sintetizan en el Ministerio de Medio Ambiente. “Es evidente que para una mayor penetración se requiere de incentivos especiales, porque de lo contrario no son competitivos”, explica Marcelo Fernández, jefe de la División de Calidad del Aire del ministerio. No en vano el único vehículo eléctrico que se comercializa en el país, el Mitsubishi i-MiEV, vale casi 30 millones de pesos, a pesar que su apariencia es la de un citycar. En Mitsubishi apelan al nivel de rendimiento del vehículo, más que al confort. “Sus aspectos destacados están en su óptimo nivel de comportamiento ecológico”, explica Juan Pablo Mir, gerente general de Mitsubishi Motors Chile. “El valor del kilómetro recorrido, en comparación con un auto con motor a combustión, es al menos 85% más barato”, agrega. Pero reconoce que el automóvil aún no es competitivo, y no sólo por la falta de incentivos tributarios. “La masificación de estos autos está condicionada por la aún limitada oferta de baterías de ion litio para la industria automotriz, que no ha tenido un salto de producción acorde a las necesidades de la industria, lo que acota la producción en serie.”

 

Según el sitio web howstuffworks.com, una batería de estas características vale 20.000 dólares en lugar de los 2.000 que cuesta una de ácido y plomo.

 

A pesar de ello, en el ministerio mencionan que se han hecho esfuerzos, como homologar dos modelos y la instalación de puntos de recarga. Además, se estudia incorporar en la próxima licitación de taxis cupos exclusivos para estos autos. Pero “se requiere remover barreras de entrada y considerar incentivos, de lo contrario será muy difícil que circulen por nuestras ciudades”, agrega Fernández.

 

Como consuelo, la situación no sólo es local. EE.UU. también vive su propia marcha lenta. En 2011, Barack Obama predijo que en 2015 en las carreteras norteamericanas habría un millón de estos autos. Su proyección, como en Chile, colisionó con el alto precio. A dos años de la promesa, sólo se han vendido 300 mil modelos.

 

Además del alto precio, la industria todavía brega contra los prejuicios de los consumidores, que temen quedarse sin batería. Cargar un vehículo tarda hasta ocho horas en un enchufe convencional en casa.

 

Para aplacar los temores, la industria está extendiendo las llamadas electrolineras, donde la recarga completa dura 30 minutos, o 15, si es parcial, lo que permite andar, dependiendo la marca, hasta 130 o 160 km.

 

Según Chilectra, la empresa ya ha instalado seis electrolineras en Santiago y según las estadísticas, se requiere un cargador público por cada 200 vehículos. “Hemos instalado muchos más puntos de recarga que los que recomiendan las estadísticas, en la estrategia de impulsar más que de acompañar esta tecnología”, dice Jean Paul Zalaquett, gerente de Innovación de Chilectra.

 

En Anac no hay mucha preocupación. “No consideramos que ningún tipo de tecnología deba ser masificada por sobre otra, sino que son los clientes los que van optando por los vehículos dentro de la oferta, proceso que ocurre de forma natural”, dice Gustavo Castellanos, secretario general de Anac. Y el proceso natural avanza a toda marcha. En los primeros nueve meses del año se vendieron 274.477 autos convencionales, 13% más respecto a 2012.

 

Fuente: La Tercera

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