La empresa Aguas Andinas informó que en las próximas horas concluirán las labores de reparación de la matriz que se rompió ayer en Providencia. La empresa se hará cargo también de la repavimentación de la avenida, tarea que realizará de acuerdo a los estándares del Serviu y de acuerdo a un estricto protocolo técnico y que tomará algunos días, indicó la sanitaria.
Eugenio Rodríguez, gerente corporativo de Clientes de Aguas Andinas, explicó que se trabajó toda la noche para remover y reemplazar una sección de seis metros de largo de una tubería de más de un metro de diámetro. La pieza nueva, que pesa casi dos toneladas y ya está en posición, requiere una instalación cuidadosa para evitar nuevas filtraciones.
Una vez hecho eso, la empresa acordará con Serviu los estándares técnicos y procederá con la repavimentación, en coordinación con las autoridades municipales y de transporte.
Aguas Andinas señaló que en el caso particular de la matriz afectada, la tubería se encontraba dentro de su vida útil, y la sección removida será enviada a un laboratorio externo acreditado para determinar las causas de la rotura.
Museo de los Tajamares
Tras una solicitud de la Municipalidad de Providencia, que detectó una filtración en el Museo de los Tajamares a fines de abril, la empresa señaló que realizó obras de drenaje y análisis para confirmar que se tratara de agua potable. Había dudas del origen del agua, debido al desborde del río Mapocho ocurrido pocos días antes.
Una vez que se confirmó que se trataba de agua potable, la empresa revisó durante dos semanas con equipos de ultrasonido las tuberías con mayor probabilidad de ser el origen de la filtración, sin éxito. “La etapa siguiente era la detección con gas helio, lo que requiere la autorización de las autoridades de salud. Hicimos la solicitud hace pocos días y estábamos a la espera de esa autorización cuando se produjo la rotura”, dijo Rodríguez.
La empresa, aseguró el ejecutivo, “ha actuado con la máxima diligencia desde que recibió la información. Pusimos toda la tecnología y recursos humanos disponibles a trabajar, pero buscar una fuga invisible es tremendamente complejo. Mientras el agua no aflora, es muy difícil saber de dónde viene, porque el agua busca salida por el camino de menos resistencia y eso puede ser muy lejos del punto afectado”.
A la dificultad antes descrita, también contribuyó el hecho de que la matriz afectada corre a cuatro metros de profundidad por la calzada norte de Avenida Providencia, una vía de alto tránsito vehicular, y donde romper el pavimento y detener el tránsito en busca de la fuga antes de tener absoluta certeza del punto exacto, también suponía enormes externalidades negativas para la población, advirtió la sanitaria.
