OPINIÓN: «Aportes para contrarrestar la escasez hídrica», por Hernán Madrid

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Por Hernán Madrid de Certificación Edificio Sustentable

 


En Chile, las diferencias en el uso del agua potable son notorias. Según un estudio realizado por la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) en 337 localidades, el promedio nacional fluctúa entre 137 y 167 litros por persona al día, mientras que la recomendación de consumo diario de la UNESCO es de no más de 100 litros. Por su parte, la OMS y la UNICEF postulan un mínimo de 20 litros diarios para las necesidades más básicas.

Así por ejemplo, entre los sectores que más agua utilizan en Chile se encuentran el sector Pan de Azúcar (Chicureo), de Colina, con 1.120 litros al día por persona, o Villa Los Domínicos de Las Condes, con 939 l. En el otro extremo se encuentran Alerce Sur de San Pedro de la Paz, con 11 l, y Chinquihue, de Puerto Montt, con 42 l.

A ello se suma que hace unos años se presenta en Chile una escasez hídrica que está afectando a la zona centro-sur del país, donde parte de la población está recibiendo agua en camiones aljibes, con los consiguientes problemas de salud y productivos, principalmente en la agricultura. El catastro de la Dirección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas de 2014 señala que existen 534 localidades semi-concentradas, en las que las familias siguen obteniendo este recurso a través de norias, pozos o con ayuda de camiones aljibes dispuestos por los gobiernos locales. Algunos lugares afectados con la escasez son Corral al sur de Valdivia, Mariquina, Máfil, Los Lagos, Río Bueno, La Unión, San Pablo, San Juan de la Costa, Ancud y Quemchi, junto con otros sectores de Chiloé, de acuerdo a un estudio elaborado por la ONG Ingenieros Forestales por el Bosque Nativo.

El tema del Día Mundial del Agua 2015 es “Agua y Desarrollo Sostenible”, en el sentido de que los recursos hídricos y los servicios que entregan, juegan un rol clave en la reducción de la pobreza, el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental. Es por ello que para contribuir a aminorar esta escasez se trabaja desde distintas áreas o sectores productivos. Uno de ellos es la construcción, donde se propone incorporar la sustentabilidad con la finalidad de reducir los consumos de recursos naturales no renovables, en particular, energía en base a combustibles fósiles, materiales y agua, en todo el ciclo de vida de la construcción.

Desde Certificación Edificio Sustentable (CES) se trabaja en cinco ejes temáticos, siendo uno de ellos el agua. El enfoque de CES corresponde a la incorporación de tres requerimientos obligatorios (mínimo para optar a la certificación) y de cinco voluntarios, que permiten, de acuerdo al nivel de cumplimiento y al clima de la zona donde se emplaza el edificio, obtener puntos que contribuyen a obtener la certificación.

Un aspecto muy relevante en este sistema de certificación es que el nivel de puntaje obtenido tiene directa relación con el ahorro de agua, pero también se incorpora la variable local, al considerar el clima del lugar donde se emplaza el edificio. De esta forma, si un mismo edificio ahorra una determinada cantidad de agua, el emplazarse en la zona norte recibirá un mayor puntaje que si se encontrara ubicado en la zona sur, esto debido a que el problema de escasez hídrica en la zona norte es crítico.

Los requerimientos obligatorios corresponden a la reducción de un 20% de la evapotranspiración de las áreas de paisajismo, que se puede lograr considerando especies vegetales apropiadas a la zona climática. A nivel de instalaciones, es obligatorio reducir en 20% el consumo de agua potable por griferías y artefactos sanitarios, y disminuir en 20% el consumo de agua para riego de áreas verdes.

Entre los requerimientos voluntarios, se entregan puntos por reducciones de la evapotranspiración de las áreas de paisajismo mayores a las obligatorias, alcanzando un máximo de 2 puntos para reducciones iguales o superiores a 70% en climas del norte y centro del país. Otro tema que se aborda es la cuantificación del agua incorporada en los materiales que componen la estructura del edificio, otorgando como máximo 1 punto por preferir materiales con eco-etiquetas que informen la cantidad de agua incorporada.

Por último, se entrega puntaje por incorporar sistemas eficientes para artefactos sanitarios y griferías, por el tratamiento para remoción de la dureza del agua y por los sistemas de riego eficientes, en todos estos casos el énfasis esta puesto en las zonas del norte y centro del país.