La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, anunció que prohibirá la circulación de vehículos diésel en el centro de la ciudad a partir de 2024. En medio de la parálisis de los transportes públicos a causa de la nevada, la autoridad informó a través de su perfil de Facebook que esta decisión busca frenar el avance del cambio climático, el cual estaría modificando los hábitos de vida de las sociedades actuales.
«Nuestras ciudades corren el riesgo de enfrentar desafíos inesperados. Asistimos cada vez más a fenómenos extremos: sequía por largos períodos, precipitaciones que en un día pueden dejar las lluvias de un mes entero o incluso nevadas inusuales de bajo nivel como las que actualmente se suceden en Italia», escribió en la red social. Agregó que los responsables de las instituciones deben «actuar rápidamente» y poner en marcha medidas «enérgicas» para proteger el medioambiente.
Milán fue la primera ciudad italiana en moverse y, a partir de 2030 no dejará circular en ningún espacio de la ciudad ningún vehículo diésel. Pero en Roma la situación ha empeorado con los años. Hoy hay 2,3 millones de vehículos privados, alrededor de 840 por cada 1000 habitantes. Esta es una cifra mucho más alta que en Madrid (517), Londres (360) o Berlín (237).
La medida anunciada sigue otras propuestas parecidas que se pondrán en marcha en otras ciudades europeas, tales como Madrid, donde su alcaldesa, Manuela Carmena, ha asegurado que no dejará circular a los coches diésel contaminantes en la capital a partir de 2020. París también anunció que en 2020 prohibirá transitar a todos los vehículos de este tipo.
La tendencia se ampliará también en Alemania, donde este martes el Tribunal de lo Contencioso-Administrativo ha fallado que los ayuntamientos podrán prohibir la circulación de los coches diésel más contaminantes para combatir la polucióndel aire.
